2/11/15

SCIOLI O MACRI: derecha clásica o derecha disfrazada de progre

 

Daniel Osvaldo Scioli o Mauricio Macri. Uno de estos dos argentinos va a gobernar el país a partir del 10 de diciembre de 2015. Irremediablemente.  "Voto en blanco" no gobierna. "Impugnado", tampoco. Afirmación fuerte desde el vamos: en el delicado contexto que viven las instituciones argentinas (que la frase presidencial "Vamos por todo" sintetiza como nada) y la paupérrima situación social y económica, el voto en blanco es tal vez como nunca antes un lavarse las manos: lo harán aquellos que pretenden mantenerse en el hegeliano universal abstracto, puros e incontaminados, para después terminar sus implacables -y seguramente pertinentes- críticas al próximo Presidente con un "Yo no lo voté".
Hay que empezar el análisis sosteniendo categóricamente que nunca un proyecto político argentino gobernó cuatro  períodos consecutivos en democracia desde la reforma electoral de 1912, ni fue tan mesiánico ni concentró tanto poder (e hizo proporcionalmente tan poco por la equidad social) como el kirchnerismo. Poderoso pero, a la vez, generador de políticas públicas deliberadamente "frágiles". Es lo que llamo el "círculo vicioso populista":

Gobiernan x decreto >> los "beneficios" dependen del paternalismo y la "bondad" del gobernante >> gobiernan apelando al miedo >> sólo ellos son proveedores.

Muchas de las políticas sociales o planes del kirchnerismo salieron por decreto (la AUH primero salió por decreto, también). Tan solo un ejemplo: el PRO. CRE. AR. Si el PRO. CRE. AR. hubiera salido por ley, mañana sería necesaria otra ley para darlo de baja. Pero salió en 2012 por el Decreto 902 (menciono este plan porque fue utilizado en estos días por el kirchnerismo para sembrar miedo diciendo que se podría dar de baja). Como tantos otros planes. Con otro decreto caería(n). A los K les sirve ciertamente para crear pánico entre los pobres y beneficiarios.Y si esto parece exagerado, véase el ridículo tuit de la ministra de Economía de Scioli, Silvina Batakis.


Recuérdese: hay activos unos 18 millones de planes en la actualidad, que reciben más de 10 millones de argentinos. Una cantidad nada despreciable (de votos). Así gobierna el populismo: crea políticas públicas paternalistas y frágiles y luego mete miedo sobre esa debilidad institucional.
Entonces, ¿Scioli o Macri? En otras palabras: ¿darle más poder a la derecha gobernante o votar otra derecha? Esas son, para mí, las pobres alternativas que nuestra dirigencia política contemporánea ha sabido construir para presentarle a la sociedad. ¿El kirchnerismo, de derecha? Por supuesto. Esa cuña argumentativa es la afirmo desde el nacimiento de mi blog. Por eso, lo primero que les pregunto a los ridículos que azuzan que "se viene la derecha" (como si ya no gobernara) es: ¿con qué índice de pobreza se fue Menem en 1999 y con qué índice de pobreza se va CFK en 2015? Comparemos. Comparemos también en cuánto está la deuda pública, a pesar de los 190 mil millones de dólares que se jacta de haber gatillado la "pagadora serial". Lo demás es cháchara. Jamás responden (no hay respuesta en el caso de la pobreza, por cierto; porque el oficialismo hace dos años que escondió los pobres bajo la alfombra estadística). Otra pregunta, no tan "zurda", más desarrollista, podría ser: ¿qué importa la Argentina, y qué exporta? Qué rol ocupa en la división internacional del trabajo, en fin.


¿"Vuelven los 90"? ¿Se viene la ALIANZA?
Si "vuelven los 90", ¿Macri privatiza YPF con el apoyo de la Gobernadora de Santa Cruz, Alicia Kirchner, como el que le dio Néstor al Carlo?
Si gana Macri, los menemistas que entregaron YPF a Chevrón, la cordillera a la Barrick, la Patagonia a los chinos, la pampa húmeda a Monsanto y la soberanía jurídica a Irán, prometen "resistencia" frente al neoliberalismo. El chascarrillo pone en tela de juicio que los 90 hayan dejado de gobernar en esta "década ganada".
"Macri es la Alianza", repite y repite Scioli. ALIANZA: Conti, D'Elía, Alicia Castro, Chacho, Garré, Ibarra, Sabbatella, Filmus, Giorgi, Abal Medina (h), etc., etc. Todos funcionarios actuales del gobierno nacional y popular. Desde 1983 a la fecha, Argentina ha tenido liderazgos carismáticos. El único presidente "racional" o no carismático se terminó yendo en helicóptero. Eso es lo que está detrás también del recuerdo de la ALIANZA: la amenaza del desgobierno. No obstante, el escenario si gana Macri será muy otro: en principio, ya no estarán los Barones para punchear. No es un dato menor. Creo, en efecto, que aún no hemos dimensionado bien el valor histórico -y el poder- del voto del 25 de octubre. Por lo demás, hablando de la ALIANZA y del 2001, ¿quién da más De la Rúa: Macri o Scioli?

¿Scioli o Macri?
Me atrevo a sostener la siguiente hipótesis: si gana Macri y (1) termina el mandato y (2) no administra la cosa pública taaan desastrosamente (esto es: si no encara un suicida ajustazo sin anestesia), el sistema político argentino puede reconfigurarse hacia un levemente cambiante pero aceptable y estable bipartidismo. Esta constituye una posible consecuencia positiva -en términos de gobernabilidad y de juego político republicano- de una victoria del PRO: acabar con la dominancia del "partido predominante" argento: el peronismo. Gobierno y oposición.
Creo que el contexto histórico y político argentino está dado para ello. En efecto, Massa fue sutil en su conferencia de prensa pos elecciones y de cara al balotaje. Dijo sin decir. Massa apoya "el cambio" si el cambio se da con diálogo. Pretende ser un "opositor dialoguista". Apuntalar la gobernabilidad. Intentará ser a Macri algo así como lo que fue Cafiero para el débil Alfonsín de la vuelta de la democracia. Pero también Massa aportará la necesaria dosis de freno al oficialismo, si logra ubicarse, como pretende, como líder opositor. Ya casi lo es. Scioli carece de liderazgo y se extinguirá el mismo 22 de noviembre si pierde el balotaje. Cristina tiene liderazgo y ascendencia, pero sólo entre los suyos, el kirchnerismo duro, cada vez más esmirriado. Cristina también es abanderada de la derrota, junto con Scioli y Aníbal Fernández, que obtuvo menos votos aún que Herminio Iglesias en 1983. Demasiado desastrosa la performance de algunos peronistas como para ser cabeza de algo.
Y a esta división del peronismo se le suma el hecho de que una eventual victoria de Macri colorearía de amarillo el gobierno nacional, el porteño y el bonaerense: algo inaudito desde hace 18 años, lo que podría redundar en políticas consensuadas y muy beneficiosas para el AMBA, que las necesita con urgencia.
Néstor asumió en 2003 con la idea de ir contra los Barones del Conurbano. A poco de andar vio que no podía y se unió a ellos. Al final, a estos feudales o "minigobernadores" (es precisa la metáfora del Turco Asís) los terminó corriendo el voto popular. ¿Moraleja? No hay que menospreciar el poder del voto. Digo esto porque, no todos, no sé cuántos, pero estoy convencido de que habrá mucho "voto vergonzante" de los dos lados el 22 de noviembre: a derecha y derecha. El lunes posterior a la elección general me encontré con cuatro conocidos que hasta la semana anterior me decían: "Noooo. ¡A Macri? A Macri no lo votaría ni en pedo", y que ante la repregunta respondieron: "Y... ahí en el cuarto oscuro me jugué y tome la decisión. Ni yo lo tenía pensado. Pero me dije: 'basta de kirchnerismo'". Tengo para mí que fueron más de cuatro los que actuaron así. Por eso, no pudo anticiparse semejante resultado, en parte.
Mi pálpito, además, es que el voto en blanco + ausentismo (una forma tal vez menos culposa o traumática de afrontar el momento de decisión electoral) va a ser mayor en el balotaje que en la general, donde hubo 596.025 votos en blanco. ¿Cuántos de los 619.051 votos que obtuvo Stolbizer "ganarán" votando ahora blanco? Aníbal F no estará para transformar el voto horror en voto a Vidal/Macri. En las generales votó un 79% del padrón electoral: un 5% más que en las PASO. Pero ahora es a cara de perro: Macri o Scioli. Y ambos espantan a muchos.


El "mal menor"
"El concepto de mal menor es uno de los más relativos. Enfrentados a un peligro mayor que el que antes era mayor, hay siempre un mal que es todavía menor aunque sea mayor que el que antes era menor. Todo mal mayor se hace menor en relación con otro que es aún mayor, y así hasta el infinito. No se trata, pues, de otra cosa que de la forma que asume el proceso de adaptación a un movimiento regresivo, cuya evolución está dirigida por una fuerza eficiente, mientras que la fuerza antitética está resuelta a capitular progresivamente, a trechos cortos, y no de golpe, lo que contribuiría, por efecto psicológico condensado, a dar a luz a una fuerza contracorriente activa o, si ésta ya existe, a reforzarla".
El fragmento de texto que acabo de citar sobre el "mal menor" es del gran pensador marxista italiano Antonio Gramsci. No se me escapa este gran peligro latente que representa Macri. Soy consciente de que la sociedad argentina toda, empezando por la dirigencia política, oficialista y opositora, me lleva a optar por uno de estos dos... candidatos. Scioli o Macri representan cabalmente las "opciones" políticas que nos deja un gobierno que destruyó a la oposición y no supo formar sucesor. No quiso, en rigor: "la patria" para estos MM (mesiánicos y mezquinos) "empezó" en 2003 y termina cuando se van Ellos. Después: arreglate.
Los que me conocen saben que no soy de hacerme el oso. Votaré al "mal menor" para derrotar en las urnas al autoritarismo mesiánico de los K. Y mañana criticaré al Presidente que voté seguramente con más fundamento y sin duda con igual derecho que aquellos que votaron al otro o escaparon por la tangente incolora e indolora de la historia.
En esta particular encrucijada política argentina, tengo muy claro que opto por la derecha que tiene los huevos de asumirse como tal antes que por la derecha que se disfraza de izquierda o de progre para cazar giles, para decirlo en criollo. Esta última me resulta mucho más dañina. Al pasado reciente, y no tanto, me remito.
Nótese que en mi análisis no hay una sola línea sobre economía. Me concentro en la configuración que podría tomar el poder luego del 10 de diciembre. El papel y el poder que tendrán entonces el oficialismo y -quizá por primera vez en mucho tiempo- la oposición. Detrás de la persona, de Macri o de Scioli, lo que se observa es eso: la posibilidad de una disputa republicana, en un caso; o la continuidad de la democracia absoluta, en otro. En tal sentido es que sostengo que, si bien ambos candidatos orientados en el mismo costado del espectro ideológico, Macri y Scioli no son -no comportan- lo mismo. En efecto, Macri podría estar bailando en la foto que encabeza este post, pero también podría estar haciendo equilibrio (de poder).
Pero, ¿a quién le importa el poder si, como azuza el oficialismo por estos días, en una triste apelación al miedo como recurso de campaña, de "ganar Macri va a bajar los sueldos"? Importa: porque de hecho la posibilidad de sostener en el tiempo una política de ajuste -como la que de hecho gradual pero inexorable viene sosteniendo el kirchnerismo; no lo olvidemos- depende en gran medida de la capacidad de freno de la oposición, que como digo quedaría bastante diezmada de ganar Scioli. "Si le das más poder al poder, más duro te van a venir a coger", para decirlo con una canción popular de protesta.
"Solo el peronismo puede gobernar Argentina", reza una máxima... peronista. El ingenioso pueblo argentino ha decidido ponerla en suspenso o a prueba, echando con el voto a los Barones de Conurbano y al peronismo del gobierno provincial. En tal sentido, la elección del domingo 25/10 me confirmó una certeza profunda: NO SOMOS NI SEREMOS VENEZUELA.


Quizá suene demasiado optimista o cándido, pero creo que el pueblo argentino se cansó y se animó a decir BASTA a los gritos, a la soberbia, a la prepotencia y a la extorsión moral y económica. ¿Se animará a sostenerlo en el balotaje o podrá más el miedo? Como digo siempre aquí en mi blog: al pueblo le sobra pintura... No lo jodan.
Nada se habrá ganado (ni "ganado") si en el balotaje triunfa "el cambio". Será, apenas, un primer paso. Importante, mas solo un primer paso: una puerta que se abre hacia la posibilidad (he repetido mucho esta palabra en este texto, no casualmente) de recuperación del Congreso, y con él la chance -¡posibilidad!- de iniciar el camino de las políticas más duraderas en el largo plazo, que son las consensuadas; de la Justicia, del federalismo, de un sindicalismo honesto, de un Indec sano (los ojos del Estado), y demás. Será un volver a empezar.
Porque no es cierto que se necesita un Leviathan moderno, como creían Schmitt o el último Laclau, para lograr políticas públicas a favor del pueblo. El kirchnerismo -que no es para siempre- lo demostró en estos años en que tuvo la suma del poder público y ni siquiera puso en agenda algo elemental: una reforma tributaria progresiva. Y somos el país con más carga impositiva del planeta.

¿Del "mal menor" a la república?
Este "mal menor" que es para mí Macri abre, quizá a su pesar, pero ciertamente a partir de la configuración objetiva del reparto del poder que configuraría, un posible escenario republicano hace tiempo extraviado en el juego político argentino. El problema es  que no sólo los gobernantes (que se creen "buenos" y providenciales) sino tampoco los argentinos somos republicanos. Ni siquiera lo son los que creen ser republicanos y no saben de qué hablan: solo apoyan a otro líder "bueno". Es la visión instrumental del Estado, demodé, de creer que ocuparlo con "nosotros, los buenos" los problemas se van a solucionar per sé. No necesitamos que ganen "Nosotros, los buenos" (Donda dixit), ni los "honestos". Eso es mas mesianismo, más kirchnerismo. Necesitamos república: división de poderes y controles. Una república fuerte corrige sola errores o desviaciones corruptas.
El sociólogo Juan José Sebreli -y muchos perejiles a partir de él- dice que la opción es "populismo o democracia". FALSO. El populismo es la versión moderna de la vieja democracia griega. La opción es populismo o república. ¿Qué significa república? En primer lugar, un sentir y una convicción profunda: y es que los hombres son malos, por eso necesitan gobiernos; y que los poderosos son más malos aún, por eso necesitan control, como admirablemente sintetizó James Madison. Ésa es la base del republicanismo moderno. La fe -el sentir- del populismo, en cambio, es que el hombre es bueno. Y que el líder es el más bueno de todos. Así nos va. En fin. ¿Se entiende ahora por qué importa poco la honestidad de un político? Porque el republicano no cree en prohombres sino en LA LEY. El hombre sólo es libre siendo esclavo de la ley. Una ley justa y pareja para todos. No, por cierto, una ley que sólo rija "para los enemigos".



En síntesis, las dos opciones que compiten por la Presidencia no representan un modelo de país demasiado diferente. Pero Macri es, desde mi punto de vista, la única que ofrece en el horizonte político la posibilidad -otra vez "la posibilidad"- de desactivar esta democracia delegativa (O'Donnell) y tan peligrosamente clivajizada en que hemos vivido esta "década ganada", de que se retire el deseo de una democracia absoluta y de empezar a apuntalar una república y resolver los distintos intereses legítimos que se manifiestan y se expresan en las complejas sociedades contemporáneas a partir de las instituciones. Será responsabilidad de todos construir un alternativa superadora para 2019 pero, por ahora, "es lo que hay", como dicen en la calle.
En lo personal, desde el 10 de diciembre seré, como siempre, el primero en observar las decisiones políticas del nuevo Presidente y en cuestionar lo que considere cuestionable. Gane quien gane.
Sepa el pueblo votar.

6 comentarios:

  1. Más que interesante reflexión.

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  2. Martín
    Muy interesante tu reflexión aunque discrepo con tu opinión respecto del voto en blanco.
    La descalificación del voto en blanco se compadece mas con el pensamiento del oficialismo que con un libre pensador como vos .

    En esta elección me encuentro en la misma situación dilemática que me encontraba en el balotaje entre Menem y Kirchner en aquella ocasión no tuve que optar por votar en blanco porque Menem se bajó del balotaje.

    En esta ocasión, por muchas razones políticas y alguna personal entre las que se encuentra el que Mauricio Macri estafó a mi padre cuando el menemismo le entregó a la familia Macri la concesión del Correo Argentino y el Clan Macri se concursó y dejó a todos colgados del pincel entre los cuales estaba mi padre que le alquilaba un local de los cuales no pudo recuperar ni un centavo.

    Mas allá de esta cuestión personal no encuentro demasiadas diferencias entre ambos candidatos que son "hijos políticos" de Menem

    Un abrazo

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  3. Super interesante el análisis. Me atrae la idea de corrernos del eje más trillado, que tiene que ver con la condición neoliberal de Macri. Sin negarla, pero para moverse más allá de la mera táctica del susto.
    Creo que otro "clivaje" posible es justamente el que mencionás: populismo o república. En momentos optimistas pienso en Macri como una transición hacia una normalización republicana que -esperemos- ayude a pensar la política y las políticas en términos racionales.
    Pero además hay otros elementos que meter en la pintura: ¿Scioli garantizará gobernabilidad mejor que Macri? ¿Macri podría hacer un ajuste peor que el de Scioli?
    A la primera pregunta respondo con una duda. Desde estas elecciones es claro que no lidera. Tampoco conducirá CFK al peronismo disperso y con ánimo de revancha, y a lo sumo imagino que sólo intentará hacerle el mayor daño posible. El votante peronista vio esto, y nota que Scioli huele a cala. Acaso Macri logre concitar algunos apoyos puntuales, negociados y circunstanciales. Algo muy parecido a una democracia moderna.
    La segunda pregunta me parece más fácil de responder. Scioli podrá contar con el apoyo de todo el peronismo, más los K, para intentar un ajuste grande. Que el votante K "progre" no se engañe: el peronismo siempre los usó de forros, y los mandará a justificar cualquier cosa con sadismo refinado y lubricado a presupuesto. Como siempre. Aunque suene paradójico, Macri tiene menos espacio para intentar un ajuste bravo.
    Las dos teorias parecen contradictorias, porque en la primera se niega un apoyo que en la segunda sí se percibe. Pero el apoyo que Scioli puede concitar es para hacer el trabajo sucio, arderse en el infierno de la resaca populista, y eliminar a un competidor con la ferocidad de siempre.

    Ahora bien, el segundo escenario implicaría un ajuste mucho más controlado, con mayores posibilidades de preservar a los sectores más vulnerables, y en un marco de diálogo más consolidado.
    Eso, sin contar con que después del Sciolismo vendría alguna otra cara del PJ funesto, mientras que después de Macri el escenario es mucho más abierto.

    Saludos!

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  4. Gracias a todos x los comentarios!
    Al 3ro: muy interesante tu comentario. Entendiste el sentido de mi texto. Lástima que no sé quién sos!
    Saludos

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  5. Muy buen texto. Pero sufrí mucho el neoliberalismo, me parece que es un modelo que le hace muy mal a los países periféricos y no lo quiero más en mi país. Scioli me da dudas, pero Macri me da certezas de que vuelve ese modelo Y NO LO QUIERO. Me inclinaré por Scioli.

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  6. Parece que va a ganar. Casualidad que si ganan ellos no hay fraude. Chau querida argentina.

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