Cristina Kirchner, la presidenta argentina más poderosa de la vuelta de la democracia al país, padece una "colección subdural crónica", según informó ayer el vocero de prensa del Gobierno nacional. "Cristina Fernández sufrió un traumatismo de cráneo el 12 de agosto", expresa el parte médido oficial que leyó Alfredo Scoccimarro. Por ese hematoma craneal, la Presidenta deberá permanecer un mes -otra vez: un mes- en reposo. ¿Lo cumplirá? ¿Qué hará el peronismo? ¿Y la oposición?
El mandato constitucional para el ejercicio de la Presidencia en Argentina es de 4 años: 48 meses. Sin embargo, el segundo mandato de CFK durará 47 meses, a partir del reposo por 30 días que le recomendaron los médicos por su hematoma craneal del 12 de agosto y dado a conocer recién ayer. La arritmia presidencial consecuencia del traumatismo sufrido por Cristina es grave.
Es grave, ciertamente, para la salud de la primera mandataria y para la salud de la república. En términos médicos, es de esperar que Cristina cumpla el mes de reposo o todo el tiempo que necesite para reponerse y volver a ejercer la primera magistratura en plenitud de sus capacidades físicas y psíquicas. En términos políticos, este corrimiento momentáneo de Cristina del centro de la escena abre un sinfin de especulaciones e inquietudes, no sólo de palacio sino también en el ciudadano de a pie.
Nos habíamos Amado tanto: Boudou Presidente
Por un mes, o hasta que Cristina se reponga, Amado Boudou ejercerá la Presidencia de la Nación. Es un curioso golpe de timón, pues el cuestionado guitarrista estaba alejado de la campaña electoral por "piantavotos" y de repente se encuentra como Presidente en funciones. Boudou es un paria político, carente de buena imagen en función de sus más de 50 causas penales abiertas por presuntos delitos cometidos desde la función pública, de los cuales el affaire Ciccone es el más conocido. Boudou es un funcionario sin autoridad. Esto lo saben bien los peronistas. Las internas pueden ser crueles. Esta hipótesis hace suponer que Cristina no se despegará del todo del ejercicio del mando para mantener controlada a la tropa.
Por lo demás, es algo obvio, pero vale recordarlo: Boudou es el Vicepresidente que eligió CFK. Ella solita.
Con Boudou Presidente, octubre será un lindo mes para leer en la prensa oficialista las crónicas de la Revolución Progresista... encabezada por el ex UCEDE. Tal vez al menos por este mes los k tragarán saliva y no le pegarán a Massa por noventista y neoliberal...
De contradicciones está lleno el gobierno "nacional y popular".
La degradación de la palabra oficial
En las pocas horas que van desde que se conoció el diagnóstico de la salud de Cristina, lo que más llama la atención es la poderosa sospecha que la mitad del pueblo argentino expresa a quien quiera oirlo.
En efecto, a la par del esperable y loable #FuerzaCristina de los militantes k, en las redes sociales se leen todo tipo de conjeturas. Como por ejemplo esta frase: "las ratas son las primeras en abandonar el barco". O la que con su habitual humor sucinto y cáustico vomitó el @GoronelGonorrea: "Los números dan mal, se borra un mes".
Muchísima gente desconfía hoy del traumatismo de CFK como ayer se mantenía incrédula de la muerte del mafioso Alfredo Yabrán. Tal es el nivel de la degradación de la palabra oficial.
No es para menos. El kirchnerismo tiene un historial de plantarle trampas al pueblo. Negación de la realidad (cepo, inflación, inseguridad), falseo de datos y estadísticas públicas, obras inauguradas decenas de veces, pasando por la inolvidable berretada nestorista de los "candidatos testimoniales" hasta la detección de un falso cáncer de CFK (imperdonable, por imprudencia o por inescrupulosidad). Todo parece trampa. Todo contribuye a la degradación de la palabra oficial que termina en la sospecha actual. O habría que decir: "todo resta" a que crezcamos como país basado en el diálogo, el consenso y en la legítima expresión de los diversos intereses que habitan en las complejas sociedades contemporáneas.
¿Efecto luto 2?
Las preguntas que abre este nuevo escenario son muchas. ¿Un respiro para el oficialismo? ¿Se aleja 2015?
Cierto el problema de salud o maniobra, y más allá del tiempo -completo o parcial- de reposo, sin dudas Cristina no dejará pasar la oportunidad y le dará un uso político a su preocupante arritmia. Como lo hizo con el embarazo perdido de su nuera o el cáncer curado de su candidato Martín Insaurralde, o por cierto con la misma muerte de su marido. Sería una especie de nuevo y curioso "efecto luto"... en vida y propio. El kirchnerismo, también lo sabemos, es experto a la hora de victimizarse.
Pero, guste la comparación o no, lo cierto es que este nuevo cuadro clínico-electoral plantea para la oposición un escenario similar al del luto tras la muerte de Néstor Kirchner: ¿cómo se le pega a una Presidenta frágil? Alguien me respondió por Twitter, con un humor bastante ácido: "Con una Massa". Los políticos opositores se apuraron a enviarle a CFK los previsibles deseos de que se recupere. Pero también salieron los perros ladradores. El primero fue el diputado ultra K Edgardo Depetri, que bramó: "Sería lamentable que alguien piense en hacer campaña con la salud de Cristina".
Y hablando de Néstor, es de esperar que Cristina cumpla el mes de reposo y no repita el proceder del ex presidente que, para no mostrarse débil -es un axioma político que "un presidente enfermo es un presidente políticamente débil"- siguió y siguió y sabemos qué pasó...
Insisto. No es un dato menor que la mitad del pueblo argentino no le crea al Gobierno ni sobre el percance de la salud presidencial. Significa una profunda degradación de la palabra (oficial), que es, en definitiva, una degradación de la política misma.
Yo no tengo dudas de la gravedad del problema de salud de Cristina. Por otra parte, antes que un "voto lástima", en tren de elucubrar conspiraciones, imagino a los K muy consternados por la salud de su líder y pidiendo que Cristina deje el poder para preservarse (una línea más, para llevar esta hipótesis hasta el final: de ocurrir algo así, el kirchnerismo terminaría con un curioso y paradójico clamor (auto)destituyente...). Difícil que suceda.
Pero lo lo que no es una conspiración es que el traumatismo de Cristina pone sobre el tapete una vez más -y van- la fragilidad de los cambios no institucionalizados del populismo gobernante: un simple resbalón puede tumbar todo lo "ganado" en esta década a golpe de declamación y telefonazo, en un poder tan concentrado y personalista como el de Cristina Fernández de Kirchner. Y después hablan de "republicanismo abstracto"...
Fractura expuesta del doble discurso K: "Yo no confío en nadie. Sólo confío en mis hijos", le decía CFK a Jorge Rial en la entrevista grabada que se emitió ayer a la tarde-noche, mientras a la Presidenta le hacían los estudios médicos en la Fundación Favaloro. ¿No era que había "vuelto la política", el "amor", y que "La patria es el otro"?
Recalco: el 27 de octubre no habrá "voto lástima". Hace tiempo que Fortuna viró para otro lado y no le es amable al kirchnerismo. A lo sumo, la astucia de los K estará en salirse de escena sin que la bomba de tiempo les estalle a ellos; en que vengan otros que serán visibilizados como los culpables y que finalmente sean ellos los llamados a poner fin a una eventual nueva "crisis terminal". Es decir, que la historia argentina se repita.
Todos los interrogantes se irán respondiendo naturalmente con el correr del tiempo.
Lo último que los argentinos necesitamos es mártires; necesitamos que Cristina se recupere y reasuma el poder para cumplir su mandato y entregarle la banda presidencial en 2015 a otro argentino votado por el pueblo.
Fuerza, Presidenta.