19/2/15

18F: La marcha del silencio y la cadena nacional del silencio




"Aprovecho esta cadena para darle mis condolencias a las hijas Alberto Nisman, el fiscal federal muerto sospechosamente. A los argentinos compungidos que hoy marchan, quiero que sepan que mi corazón está con ustedes, y que el Estado pone todos sus esfuerzos en el esclarecimiento del caso".

¿Tan difícil le resultaba decir esto a la "Presidenta de los 40 millones de argentinos"? ¿Tanto dolía? Tener ese gesto -la política es, en gran medida, gestualidad- no es mostrarse débil. Antes bien, es todo lo contrario. "Consolidar la paz interior", como reza el Preámbulo de nuestra Constitución (que es "liberal" y "conservadora", según los revolucionarios en el poder).
Rígida y enojada, ayer CFK se comparó con De la Rúa para decir que acá manda ella. La comparación, con todo, no la deja bien parada como "estadista". "Estadista" es ponerse por sobre las rencillas coyunturales aún a riesgo de recibir diatribas. Un verdadero líder hubiera puesto la cara aunque reciba sopapos. Acompañando a su pueblo por un crimen mafioso. CFK se aisló.
En efecto, el Gobierno nacional podría haberse subido al #18F y marchar con los fiscales y con el pueblo por la paz, por la república, por la justica y por la unidad (el reciente ejemplo lo dio el presidente francés Hollande). Pero no: prefirió hacer lo que siempre ha venido haciendo en estos 12 años de kirchnerismo en el poder: partir la sociedad, dividir para reinar. Hoy 19F -día del cumpleaños de CFK- la acusación de "golpista" a la marcha se evidencia como burda e irrespetuosa.
Cristina habló varias veces de Néstor y de las bondades del "proyecto industrializador". Le vendemos porotos de soja a China y le compramos trenes y ahora traen chinos a la Patagonia. ¿"Proyecto industrializador"?
“Hemos desarrollado autonomía nacional en un recurso estratégico como es la energía", dijo la Presidenta que terminó de vaciar la matriz energética, y acto seguido, sin ruborizarse, le pidió a un militante que use el split en 24 grados...
"Tenemos que garantizar que quien gobierne en 2015 tenga las mismas ideas de soberanía", dijo ayer CFK por cadena nacional, que se produjo para inaugurar por tercera vez Atucha II. ¿Qué soberanía? ¿Las de la cesión de soberanía jurídica que significó el memorandum con Irán? ¿Las de cesión de soberanía energética que significan el todavía secreto acuerdo entre YPF y Chevrón? ¿La renuncia a la soberanía económica y militar que significa la reedición de las relaciones carnales pero ahora con China?
Ojalá que no sea así. Con todo, por suerte nuestra Constitución Naciónal es republicana y prohibe eternizarse en el poder. Pero lo que sí incentiva la Carta Magna es la libre competencia partidaria (¿de ideas?). Así, el famoso (y autoritario, típica materialización de la tocquevilleana "tiranía de las
mayorías") "si no les gusta armen un partido y ganen elecciones" con que hasta ayer nomás el kirchnerismo chicaneaba al que pensaba diferente se vuelve hoy contra ellos. En efecto, por su impericia y mezquindad política basada en un gobierno hiperpersonalista no han abordado jamás el problema de la sucesión. El único candidato que les mide es el invento menemista Daniel Scioli, odiado y amado secretamente por esos contradictorios motivos. De modo que -esto ya se ha dicho en este espacio, pero nunca está de más repetirlo- si "el proyecto nacional y popular" (sea lo que esto fuere) no sigue liderando el destino de los argentinos a partir del 11 de diciembre será pura y exclusivamente responsabilidad de Cristina Fernández de Kirchner. En criollo, si mañana gobierna la "derecha rancia y oligárquica" habrá sido porque el kirchnerismo se concibió desde su génesis como un proyecto de poder estrictamente familiar. Primero "Pingüino o Pingüina" y luego Máximo, "líder de masas", según sus aduladores.
"Es bueno que deje de haber tanto secretismo", dijo acusando a Estados Unidos la Presidenta que vació TODOS los organismos de control de gestión pública y la ley de declaraciones juradas. Y pronunció, además, un concepto que define la lucidez de la clase gobernante argentina, que es el peronismo: "Cuando uno no tiene la importancia de cambiar una época debe tener la inteligencia de cambiar cuando la época cambia". Eso es el peronismo.

Silencios
Paradojas de la política argenta: ayer #18F Cristina también eligió el silencio, y por cadena nacional: NO habló de Nisman. ¿El silencio presidencial puede leerse como vocación del poder de "instalar otra agenda", como analizan semiólogos, comunicólogos e intelectuales filo K varios? NO. La gravedad institucional del caso -que la propia sociedad argentina en un 80% registra claramente- amerita y requiere su abordaje sin ninguneo ni partidización mezquina, sin ofensiva negación. Huelga aclarar que la marcha no fue contra el Gobierno: fue el gobierno quien se opuso a la marcha.
El mismo viernes 13 de febrero en que se conoció la imputación a Cristina por "encubrimiento" de la causa AMIA, la Presidenta dijo desde la Rosada por cadena nacional: "Nosotros somos la alegría. A ellos les dejamos el silencio. Porque los que no hablan es o porque no tienen nada para decir o porque no se animan a decir lo que piensan". Si, como creen los K con la filósofa política Chantal Mouffe -esposa del extinto pensador populista Ernesto Laclau- la política es señalar un enemigo, CFK se enemistó con medio país -por ser generosos- al escupir el #18F.
En el mismo sentido, ayer el titular de la ex SIDE Parrilli dijo en Diputados: "En el 55, días antes del bombardeo, también hubo una marcha silenciosa". Es la clara línea que se baja desde el poder, y que los medios K rotularon como: "La marcha de los 5 fiscales golpistas". Nada dicen sobre que muchísima gente también salió a la calle el 19 de enero, espontáneamente, cuando se conoció la noticia de la muerte sospechosa de Nisman. Otra vez: substiman al ciudadano.
Un pequeño párrafo aparte merece Carta Abierta, que con su pedido a la Corte Suprema de frenar la marcha demuestra una insalvable contradicción. ¿Acaso toda la movida por una "justicia democrática" votada por el pueblo (esto es: anti republicana, pues el diseño republicano establece un poder contramayoritario) que fue y es Justicia Legítima no es política? En el fondo de esa contradicción, no obstante, hay un hilo conductor: el autoritarismo congénito de la fracción gobernante. En su genética autoritaria (y a la luz de los números de la economía y la redistribución del ingreso, falsa) para el peronismo kirchnerista si el que marcha no es "el subsuelo de la patria sublevado" se trata de golpismo, o de caceloleros cogotudos destituyentes. Eso equivale no sólo
al desprecio al ciudadano sino a la democracia. La patria es el otro, pero solamente desde el discurso.
El colmo del mundo del revés lo expresó el sábado en TVR -parte de la parafernalia mediática de señalamiento oficialista de opositores- Mercedes Moran, quien dijo: "Me da miedo lo que está pasando. Es un grupo mafioso el que organiza el 18F". Me pregunto cómo califica la actriz que se sospeche que hayan matado a un fiscal. O sea: a Mercedes Morán le da más miedo la gente en la calle pidiendo justicia por Nisman que el hecho de que el fiscal haya aparecido muerto. Por suerte, los artistas que festejan sus cumpleaños con dinero del Estado son los menos. Ayer la gente salió a la calle indignada y contra las mafias intra poder, como lo hizo autoconvocada el 19E cuando murió Nisman.
Pero no. Hubo más. Mientras el pueblo honraba la memoria del fiscal Nisman, el kirchnerismo institucional la ensuciaba en el Senado en la voz del misionero Cabral, quien no tuvo vergüenza de decir que Lagomarsino era la pareja de Nisman y "le pegó un tiro amorosamente".
La gravedad del caso por el que la gente salió a la calle la expresó días pasados, con palabras sencillas, un actor político importante contra el autoritarismo feudal de los 90: la monja Martha Pelloni: "No solo desacreditan a Nisman, sino a todos los que buscamos justicia".
Ayer la inmensa mayoría de los argentinos marchó -salió, otra vez, a la calle- a recordar un fiscal muerto sospechosamente y a pedir justicia. La marcha, silenciosa, pacífica, respetuosa y democrática, fue netamente política, como en general el silencio lo es. Y allí estaba la monja Martha Pelloni que con sus marchas del silencio en los 90 tiró abajo el feudo catamarqueño de los Saadi para atestiguarlo. Otro dato interesante. La última vez que los argentinos marcharon mirando a la Justicia fue en el pos 2001, cuando los enardecidos ahorristas se juntaban en Tribunales para reclamar a la Corte Suprema por el "Corralito" de Cavallo y cía. Fue un reclamo económico. "Les tocaron el bolsillo, si no no salen", es un latiguillo K al respecto. Y bien, cumpa: con la muerte de Nisman nos tocaron la república, por eso el #18F, que fue una manifestación -libre y democrática, insisto- netamente política e institucional.
Sería para festejar, si en su trasfondo no hubiera una muerte mafiosa que recuerda los peores tiempos de este país, cuando las facciones que se disputaban el poder se pasaban mensajes políticos con cuerpos humanos sin vida.
"Estuve en la marcha. Estaban todos lo negocios abiertos. Nadie rompió ni saqueó nada. Un ejemplo", observó por radio un ciudadano de a pie. Resultaron ser bastante educados los golpistas. Y sí. El kirchnerismo primero banalizó el término "gorila" (cualquier logi es un gorila). Y terminó banalizando el autoritarismo de los golpes de Estado. Cuestionan a "las corporaciones" y gobiernan corporativamente (recuérdese el fallo de la Corte Suprema exigiendo libertad sindical). Desde 2008 vienen anunciando un "golpe de Estado en marcha", pero gobiernan hace 12 años. Sin control y con la suma del poder público.
Por último, si bien la marcha es un saludable aliento republicano y de sentido común en medio de tanto mensaje mafioso, no hay que perder de vista el siguiente punto: toda esta gente que salió ayer a la calle no la junta el oficialismo, reducido a los íntimos patios de la Rosada, pero tampoco la oposición. Algo funciona mal en la democracia argentina si las mayores convocatorias ciudadanas de los últimos tiempos son espontáneas o por un crimen de Estado...
Ayer #18F la marcha del silencio se rompió varias veces, por dos motivos: para cantar el himno nacional y para gritar: "NUNCA MÁS".
NUNCA MÁS al gobierno de las mafias
NUNCA MÁS a la impunidad
NUNCA MÁS al uso partidario (e ilegal) de las agencias del Estado como la SIDE
NUNCA MÁS a la muerte política en Argentina
.