15/4/15

Los K, el derrame, y el menemismo que los parió


"El único que derrama es el Estado", dijo ayer CFK en un discurso en la presentación de una nueva línea de producción de autos de la japonesa Honda, en Campana. Pretendió con ello criticar a los empresarios y defender el salario. No afecten la demanda y "traigan la que se llevaron", cacareó. Lázaro y compañía carraspeaban, donde quiera que estén. Y ni hablar de los recordados -y evaporados- "fondos de Santa Cruz".
Pero vamos al sustrato ideológico de lo dicho por la Presidenta: nada más noventista que reactualizar la "teoría del derrame". En este sentido, caben algunas breves pero importantes precisiones, que me llevan a actualizar el blog.
La neoliberal "teoría del derrame", muy en boga en los noventa en Latinoamérica y sobre todo en Argentina de la mano de Cavallo y Menem, sostiene groso modo que la copa derrama solo una vez que se llena. Esto es: en la opulencia. En otras palabras: sólo cuando los ricos se llenan bien los bolsillos "derraman" algunas migajas a los pobres. Y esto ocurre en el ámbito privado.
Sin embargo, la función del Estado, y de quien sale del ámbito privado y se dedica a la política, en teoría para servir al interés general, no es "derramar" sino asegurar la redistribución de los ingresos con un criterio de justicia social. Pero aún pasando por un momento por alto el error conceptual de la Presidenta de la Nación, hay que decir que un Estado sin crecimiento y casi en recesión como el nuestro muy difícilmente podría "derramar"; un Estado que se financia con los fondos de los jubilados y del Banco Central, o con emisión monetaria que genera una inflación galopante que corroe el salario del trabajador, y un Estado en cuya economía gravita centralmente el peso de la deuda, lo que hace es, antes que "derramar" de arriba abajo, todo lo contrario: quitarle bienestar a los más pobres para compensar a otros igual de pobres, sin alterar el flujo de transferencias ricos pobres, que "la juntan en pala", como siempre se jacta Cristina Kirchner. Me remito por caso a la regresiva política tributaria de la "década ganada".
En síntesis, el desliz neoliberal de Cristina sólo la muestra como lo que en verdad son los K: una reactualización contemporánea del menemismo que los parió.