Zonceras kirchneristas

Donde hay grandes ciudades
hay grandes conservadores
y votos antipueblo. Es histórico.
De un militante kirchnerista, explicando el lejano tercer puesto
del candidato a gobernador K por Santa Fe, Agustín Rossi.

Lo que hay que comenzar diciendo sobre las elecciones de ayer en la provincia de Santa Fe es que, mirando a las mal llamadas primarias de agosto y a las presidenciales de octubre, el kirchnerismo ya no puede argüir más: "¿Qué hay enfrente? Los de la oposición no saben gobernar". Esta velada amenaza ya no tiene efecto. Ayer, si bien por poco margen, ganó un gobernador opositor y candidato a presidente opositor con gestión. Y con una gestión ejemplar en materia de transparencia, participación y calidad institucional. Algo que escasea hace tiempo en el nivel nacional.

De todos modos, el espacio del progresismo que conforman en el nivel provincial y nacional el socialismo, el GEN de Margarita Stolbizer y otras fuerzas, no puede dejar de leer el siguiente dato: entre el peronismo dizque "federal" o de derecha y el peronismo dizque de "izquierda" (…) sumaron el 58% de los votos. Esto es: el socialismo sólo pudo acceder y retener la gobernación por esa rediviva escisión del peronismo histórico. Y sin ley de lemas... Escenario difícil de repetir a nivel nacional aunque esa división también exista…

Pero más allá de Santa Fe, es interesante notar que el kirchnerismo hace lo que hizo siempre: elige el enemigo y polariza, aglutina, reordena. Siempre le funcionó (al altísimo costo, claro, de provocar la vuelta del clivaje político en el país). Pero ya no. Fortuna cambió. Ayer, el 78% de los santafesinos votaron contra el poder central.

Es la famosa dialéctica maquiavélica entre Fortuna (siempre cambiante) y virtú. El buen político es el que sabe poner "diques" a ese torrente imparable e ingobernable que es Fortuna. Es lo que el sociólogo Max Weber llamaba la "institucionalización del liderazgo". Los k se siguen comportando con la fórmula que otrora le diera éxito (Menem, Videla, el campo, la corpo mediática con Clarín a la cabeza, la “opo deshilachada”…). Parece que ya no.

Pero no importa. El relato ya encontró un culpable: el propio Rossi (quien, conocedor del paño, dio muestras ayer de lealtad absoluta y cantó pri), según aseveró poco elegantemente hoy por las radios el jefe de Gabinete, Aníbal Domingo Fernández, el autor de las nuevas “zonceras argentinas”.

Previamente, otra escena tocante con lo ridículo fue la de los cánticos estrambóticos, autistas y anacrónicos que los nuevos “imberbes” de La Cámpora y demás “jóvenes” esgrimieron, cual grito de guerra, para matizar el frío de la derrota desde el bunker del estoico Rossi: "es la derecha que gobierna la ciudad" (de Rosario). O: "Aquí están / estos son / los soldados de Perón"...

Una frutillita que se agrega al "asco" que le producen al "canalla" rosarino Fito Páez la mitad de los porteños (los que votaron a Mauricio Macri), y a las supuestas críticas de Forrester y sus amigos de Carta Abierta a la estrategia de campaña electoral de Daniel Filmus en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Y van...

Solo resta -solo resta- una cosa por decir: sigan así, muchachos.