14/3/12

Salustriana y las "preguntas molestas" (diálogo con un kirchnerista)

"Si los hombres fueran ángeles, no sería necesario ningún gobierno.
Si los ángeles gobernaran a los hombres,
no sería necesario ningún control externo ni interno sobre el gobierno".
James Madison, en El Federalista

Ayer tuve una discusión con un kirchnerista que criticaba, como no podía ser de otra manera, a la prensa. Interesante. El militante me decía: "Si el periodismo es el cuarto poder, al periodismo también hay que controlarlo". Y agregó las consabidas amalgamas K entre periodismo y corporaciones y poder económico, pasando por alto alevosamente que esta tríada se alimenta y reproduce desde el centro mismo del poder (K), sólo que con otras corporaciones y otras facciones del poder económico, dizque "nacional y popular". Al respecto, como siempre digo: releer Poulantzas.
En principio, es viejo ya el debate sobre si "colegio de periodistas" sí o "colegio de periodistas" no. ¿Quién colegia? ¿Quién levanta el dedito señalador? Pero, por viejo y saldado entre los periodistas (un rotundo "NO" a la colegiación), no le di la oportunidad de reabrir la cuestión. Sólo le señalé que se trata de controles distintos. El de la prensa al poder político (y el económico también, por cierto) se trata de un control republicano (accountability, dirían O'Donnell, Dahl y muchos otros) que ninguna filosofía política que se considere tal puede ni debe pasar por alto, a riesgo de abandonar, precisamente, ese milenario pensamiento republicano para caer en un burdo poder autoritario justificador del gobierno de turno. Sin más.
Y sin más, también: No existe república allí donde un ciudadano no puede expresar su opinión, su sentir sobre cualquier tema como miembro de la comunidad política.
Mi interlocutor kirchnerista se agarró de esto para señalar su modelo de intercambio de ideas en la sociedad moderna: "Que sean los ciudadanos, entonces, los que critiquen. Que sean sus propios periodistas, y que, si están disconformes con Cristina, que voten a otro en 2015".
Por supuesto que no dejé pasar la concepción acotada de democracia, limitada a los 5 minutos cada cuatro años en que uno entra al cuarto oscuro para elegir a quien desea que ocupe, por el mismo período, el sillón de Rivadavia.
Y agregué: "Yo quiero periodistas que hagan preguntas molestas al gobierno. Eso quiero".
Y no dejé de señalarle que existen dos tipos de controles al "cuarto poder", como él lo llamó correctamente. Uno es el del ciudadano, que deja de comprar el diario, escuchar al periodista radial, o cambia de canal si cree que el periodista o medio le está mintiendo. Y otro, por cierto, es la Justicia. Para nuestra Constitución Nacional no existe la censura previa, sino las responsabilidades ulteriores. Y la prensa, aunque protegida con especial interés dado el delicado derecho de que se trata, consustancial a una democracia -la libertad de expresión-, también los tiene, y cuando ejerce ese derecho con mendacidad, imprudencia o "malicia", es severamente condenado.

Y terminé señalándole a mi amigo K que ni siquiera en su esquema es respetada la libertad de debatir, de disentir y de hacer preguntas molestas. Eso es lo que le enrostró por televisión a la Presidenta de la Nación hace una semana doña Salustriana, la humilde habitante de la Puna jujeña. Una "ciudadana de a pie", como se refirió Cristina a los humildes en su discurso inaugural de sesiones ordinarias el 1ro de marzo en el Congreso de la Nación. Un miembro de un pueblo originario, una vez más, como ayer nomás los qom, ignominiosamente expulsados de la 9 de Julio por La Cámpora.
Con el sencillo y lapidario "A nosotros nos hacen falta otras cosas más buenas que el subte", Salustriana fue "periodista" por un rato. Y fue además -qué duda cabe- "la implacable voz del pueblo", como Cristina definió a principios de febrero a las palabras pro mineras de "Antonio" (Armando César Domínguez), el líder sindical, vice del PJ de Olavarría y ya popularmente inmortalizado como "el obrero de Cristina".
Pero esta vez la puesta en escena no salió como el poder lo esperaba. Y el vergonzoso deslinde de responsabilidad que significó el "Nooooo, qué voy a ser buena, yo. Soy una más" con que Cristina respondió a Salustriana, luego de intentar usarla metiéndola en su discusión con Macri por el Subte y encontrarse como respuesta una "pregunta molesta" (expresada en forma asertiva), como la que haría cualquier periodista que dignifique su trabajo cotidiano, la Presidenta de la Nación hasta el 2015, Cristina Fernández de Kirchner, confirma una vez más su concepción religiosa, antipolítica, del poder: al líder sólo se lo adula y se le rinde pleitesía; jamás se lo cuestiona, y menos en público.
La "Infalibilidad Papal" del Medioevo, un poroto.

4 comentarios:

  1. Inconmensurablemente payasesco lo de Cristina y su chusma de bufones que la aplauden mientras le dice con el peor tono paternalista posible a Doña Salustriana que la va a llevar a pasear en subte...

    Pero una vez más, a pesar de la ridícula y pueril puesta en escena, tiene razón Cristina en que loa habitantes de La Quiaca no tienen por qué pagar por un servicio que no usan...

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  2. Igual por lo menos no la invitó a pasear en el Sarmiento...

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  3. Digo yo, por qué el séquito de payasos la aplaudió cuando dijo que esha (como si saliera de su bolsillo) sigue subsidiando el bondi en Capital a $1.10? En Salta cuesta $2 el boleto y no creo que Salustriana tome mucho el 132.

    También podríamos comparar las tarifas de luz, gas, agua para ver qué tan federal es la Argentina K? Mi vieja en Posadas paga mínimo 400 mangos por mes de luz (2 personas, heladera, tele, ventilador), eso que Misiones es provincia netamente productora de electricidad. Me imagino que en Buenos Aires deben pagar más, no?

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  4. toda la escena representa al cinismo de fiesta, no se hace cargo de nada, habla de la pobreza y la desigualdad regional con una liviandad que espanta, como si hubiera asumido ayer. Hace rato que viene derrapando, o "gorileando" diría un peronista, pero después de este "diálogo" la militancia K debería desintegrarse, por lo menos la que se piensa de izq. Ya sé q no va a pasar, lamentablemente el fondo está mucho más profundo de lo que uno cree o le gustaría.
    Cecilia

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