23/8/13

El "diálogo político", nueva trampa K

Lo digo desde el principio: estoy en contra de todo falso diálogo político, corporativo y antidemocrático como los que pomposa y mañeramente plantea el Gobierno k.
En un viejo post definí la doble ética de la trampa (negativa y positiva en contextos adversos), a la que el kirchnerismo apela para realizar, generalmente, una "política tramposa".
El "diálogo político" no "con los suplentes que van en las listas" sino con los "titulares" que plantea la Presidenta de la Nación, Cristina Kirchner, es un nuevo ejemplo de esa política tramposa.
Lo que el kirchnerismo debería hacer es mandar proyectos de ley al Congreso. Esto es: GOBERNAR.
"Vamos a hablar, a dialogar, a ponernos de acuerdo. Proyectamos varias reuniones más; la idea es formalizar este mecanismo". Todo muy lindo, pero... Y el Congreso ¿para qué está? El "mecanismo" de diálogo existe, y se lo ningunea. "Sres Diputados y Senadores: se me cruzan de brazos hasta que CFK y 'los titulares' decidan qué políticas seguir. Y CHITO LA BOCA, EH".
En términos del eslogan de campaña K, esta reedición del "diálogo político" es: "Elegir seguir con la sarasa".
En fin, reunirse con un sector de empresarios y sindicalistas afines a decidir medidas económicas NO es dialogar sino todo lo contrario: es despreciar a los representantes del pueblo que fueron votados por éste -el soberano, en definitiva- y laburan en el Congreso; y si proponen una norma inconstitucional la que labura es la Justicia. Es, en síntesis, despreciar el sistema republicano de gobierno.
CFK no discute con los "suplentes" sino de igual al igual con los "titulares" del poder porque ella cree "encarnar la voluntad popular". No es así. La trampa kirchnerista estriba en la siguiente falacia: "el Presidente encarna la voluntad popular absoluta". No es así exactamente: el Ejecutivo representa la voluntad de (auto)gobierno. La voluntad popular general se expresa cabalmente en el arreglo de valores por excelencia que un pueblo libre puede darse a sí mismo. Esto es: la Constitución Nacional. Pequeña sutileza. Por eso es fundamental el Poder Judicial: para preservar a la voluntad general... de la voluntad popular coyunturalmente expresada en el voto. Por eso CFK quiso destruirlo; y el garante de los derechos del pueblo que es la Justicia les dijo "NO".
Por cierto, la prensa -hegemónica u oficialista; en estas cuestiones estructurales del poder no difieren- trata el tema de este "diálogo político" antidemocrático y corporativo como algo natural, cuando a todas luces no lo es.
Este nuevo-viejo engendro tramposo del "diálogo político" (cuyo autor es Néstor Kirchner, versión 2009) es, en fin, una maniobra distractiva para elegir seguir haciendo NADA.
Esta forma del kirchnerismo de "jugar a la política" pero hacer piloto automático es, por último, otra muestra del noventismo neoliberal que sigue en el (des)gobierno de este país, pese a que el relato diga que "el Estado volvió".
Este tramposo piloto político automático funciona así: el gran golpe de magia del kirchnerismo es hacer creer que quieren gobernar para los humildes y que la Justicia -"antipopular"- "los frena". En efecto, se ha convertido en un arte del kirchnerismo el proponer medidas anticonstitucionales que -ellos saben de antemano- quedarán en nada, precisamente por atentar contra la Carta Magna que supimos conseguir. Así parece que "gobiernan".
TRAMPA.
Curioso: al contrario de la sobreactuación kirchnerista, en las tan mentadas Australia y Canadá no necesitan "mostrar que gobiernan" para que el pueblo vea que, en efecto, hay un gobierno que gobierna.
Este "diálogo político" es, entonces, la reedición de una de las peores trampas k.
Lo que Cristina Kirchner -el Ejecutivo con más poder desde la vuelta de la democracia- debería proponer es diversificar la sojizada economía argentina, desarrollar las fuerzas productivas para que den trabajo genuino, industrializando el país, acompañado de una reforma tributaria que recaiga verdaderamente sobre los que más tienen para lograr la muy peronista "justicia social", milenariamente conocida como justicia redistributiva. Nada de esto trajo la "década ganada".
Lo que Cristina Kirchner -el Ejecutivo con más poder desde la vuelta de la democracia- debería hacer es mandar proyectos de ley serios al Congreso y dejar de despreciar la voluntad popular que dice representar o encarnar.
Lo que Cristina Kirchner -el Ejecutivo con más poder desde la vuelta de la democracia- debería hacer es -en buen romance- GOBERNAR. A 18 meses de #ONCE, la demanda duele y es más urgente que nunca.

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