6/11/10

Che, Jerry, ¡gracias!

El ajedréz es uno de mis juegos favoritos, además de los juegos sexuales, claro.

Capablanca, Fischer o Kaspárov se encuentran entre mis "héroes", al lado del Loco Bielsa, de Coltrane, de Davis, de Charlie Parker, de Joe Pass, de Ornette, de Zorn, de Zappa, de Maslíah, de James Joyce, de Cortázar, de Di Benedetto, de Kafka, de Borges, de Fontanarrosa, de Filloy, de Arlt, de Melville, de Poe, de Toole, de Maquiavelo, de Bataille, y de tantos otros...

Jugadores. Soberanos. Lúdicos de la abstracción.

Les dejo un hermoso y archiconocido fragmento del poema "Ajedréz", de Jorge Luis Borges, para que lean con la música de Jerry García, homenajeando a otro gran amante del juego, el Che. Y no dejen de ver las hermosas imágenes alusivas del video.


Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada
reina, torre directa y peón ladino
sobre lo negro y blanco del camino
buscan y libran su batalla armada.

No saben que la mano señalada
del jugador gobierna su destino,
no saben que un rigor adamantino
sujeta su albedrío y su jornada.

También el jugador es prisionero
(la sentencia es de Omar) de otro tablero
de negras noches y blancos días.

Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza
de polvo y tiempo y sueño y agonías?



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