2/11/10

El clivaje político, ¿la peor herencia k?

En ciencia política hay un concepto muy particular y preciso para esto que estamos viviendo hace ya años en el país y que se expresa, incluso, en la triste muerte del quinto presidente constitucional elegido por el pueblo desde la vuelta de la democracia, Néstor Kirchner. Me refiero al concepto de "clivaje". Esto es: una fractura irreconciliable dentro de la sociedad. Ante un "clivaje", los políticos tienen, en general, dos actitudes posibles: valerse de él para conseguir votos, es decir: profundizarlo (y quebrar más a la sociedad, la que, en teoría, debería buscar lo contrario: la convivencia) o intentar superarlo.

En nuestro país, por muchas décadas, tuvimos un clivaje: peronismo - antiperonismo. Sabemos cuáles fueron las consecuencias de esa fractura societal. Mal que mal, creo que Alfonsín intentó superarla. Con Menem, los tiempos fueron "light" en todo sentido: se dejó de lado el "clivaje" desde la frivolidad. Néstor Kirchner tampoco se valió de ello al principio: quería, de hecho, enterrar la palabra "Perón". Recuérdese, como pintoresca muestra, la frase con que el actual Jefe de Gabinete se despachó cuando todavía era ministro del Interior: “Que se metan la marchita en el culo”.
Sin embargo, el fallecido ex presidente y la actual presidenta, Cristina Fernández, cambiaron luego de rumbo y, hasta ayer, azuzaban el clivaje irresponsablemente. Provocando con ello actitudes y enardecimientos en muchos ciudadanos; gestos y sentimientos que no estuvieron ausentes incluso en los días posteriores a la muerte del ex mandatario.

Los cambios duraderos en un país, creo, se hacen por consenso, no por imposición; y con la ley en la mano. Néstor Kirchner fue el presidente que desarticuló la “mayoría automática” en la Corte Suprema e instaló allí juristas de fuste, que realzaron el valor de ese poder de la República; fue, también, el presidente que realzó el propio valor del Poder Ejecutivo Nacional, al principio de su gestión. Como contrapartida, relegó a un lugar de mera "escribanía" al Congreso de la Nación, función que solo se revirtió en 2009 cuando el kirchnerismo perdió "por poquito" la mayoría legislativa en las urnas.

Néstor Kirchner es hoy el que provoca el orgullo nacional, y la gran tristeza ante lo irreparable de la muerte del líder político. Y también las burlas, o la alegría apenas disimulada o impúdicamente expresada. El fanatismo, en fin. La violencia verbal y gestual. Como aquel nefasto "viva el cáncer", luego de la muerte de Evita.

Es, en síntesis, la vuelta del viejo clivaje político. Es lo que habrá que desactivar. Ésa es la tarea de la dirigencia política actual. Porque, al revés de lo que sentenció José Hernández en el Martín Fierro, la polarización social no es para bien de ninguno, sino para mal de todos. Pues el otro no es el "enemigo" (Schmitt mal entendido) a "vencer".

Más aún: en democracia ni siquiera hay un "Otro" (ese Gran Otro lacaniano): hay, simplemente, "otros". Los diferentes. Los que, con todo derecho, piensan y sienten distinto. ¿Seremos capaces de aprender, de una vez por todas, a (con)vivir en la diferencia? Ojalá.


Leer "El clivaje político, ¿la peor herencia K? (segunda parte)".

5 comentarios:

  1. Excelente comentario, Martín. Primero, aprendí lo que significa "clivaje", pero además del detalle, coincido en tu visión del panorama político que se viene planteando. Consenso y convivencia son las claves en esta difícil etapa que vivimos. Habrán los Kirchner -y en esto la muerte del ex presidente no implica el cese de la responsabilidad que le cabe-, digo, habrán previsto las consecuencias de la violencia con que se manejaron y que sembraron en la sociedad? Podrán manejarlas?

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  2. Me cuesta concordar. Partís de la premisa que la única fractura en el país pre-K era peronistas-gorilas. Dificilmente sea tan simple. Pero asumiendo que sea cierto, hablás de "consenso". En un país donde se bombardeó una plaza repleta de civiles, se tiró gente viva desde aviones, se organizaron saqueos "espontáneos". Exagero? La jefa de la oposición (por lo menos por caudal electoral) dijo el año pasado que a muchos argentinos les gustaría matar a la presidenta. Sic. Néstor transformó al Congreso en una escribanía? Y Men*m? Qué gran debate parlamentario recordás de esa época? Un tipo que ostentaba la suma del poder público querido!!!
    Me parece un poco simplista tu análisis.

    Una cosa más: definís clivaje como fractura irreconciliable. Y cómo definís "fractura irreconciliable"?

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  3. MUCHAS GRACIAS a tod@s por tomarse el tiempo de leer y, más aún, de comentar. Se podrán dar cuenta que me entusiasman mucho las opiniones divergentes. La diferencia, en fin.
    No tengo mucho para decir. O, en todo caso, tengo cosas que formarán parte de un nuevo post. Solamente dos, vinculadas al comentario del Sr. Dulce sobre Cobos.
    En primer lugar, ¿qué recuerdo queda de Judas? ¿A quién le importa? Nada más ni nada menos que a Jorge Luis Borges, por ejemplo, que en 1944, en su libro Ficciones, escribió un ensayito llamado "Tres versiones de Judas", en el cual plantea si, Judas no fue, en realidad, antes que un delator abyecto, el mejor de los apóstoles. No me voy a poner a replicar aquí la genialidad de Borges. No me saldría. Simplemente, se lo recomiendo para leer.
    Pero sí le puedo decir algo de Cobos. No de quién es o qué piensa, porque no me interesa. No me siento ideológicamente cerca suyo. Pero sí sobre qué representa, o por qué está ahí: Cobos es el vicepresidente de la Nación por una fórmula política de coalición partidaria. Por lo cual, sencillamente, el 45.25% de votos que sacó Cristina, no son enteramente suyos. Aún si Cobos aportó un 0.5%, esos x ciudadanos que se incluyen allí, deben ser respetados. Y, por cierto, Cobos aportó más que eso, aportó imagen, aportó un discurso de amplitud, de "concertación". Todo lo cual fue olvidado por CFK 1 día después de asumir. De modo que, ¿habría que deducir de ello que "traicionó"? Desde su óptica, es más que obvio que sí. Sin embargo, yo no comparto. Para nuestra Constitución, la figura es "traidor a la patria". Eso refiere a los que vulneran o atentan contra los intereses nacionales (o las personas), y no a aquel que cree que las cosas se resuelven de otra manera. Cobos, pobre, es tan miope, que ni siquiera él puede defender lo que representa. Pero representa una fracción minoritaria dentro del poder gobernante, en lo que conforma una "concertación", un GOBIERNO DE COALICIÓN. A ver, Néstor, si ensalzamos la política como algo sublime en el hombre, si ensalzamos la palabra, y empezamos de una vez en la historia nacional a respetar las coaliciones conformadas para gobernar.

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  4. Estoy muy de acuerdo Martín con la nota.
    Lo que tal vez fue necesario para reconstruir autoridad, fue letal a continuación. La falta de búsqueda de puntos de encuentro en el debilitado sistema partidario argentino.
    Escuche incontables veces ... estos días; "se fue un patriota". Y estoy muy en desacuerdo, se fue un ex presidente de la democracia, con el que estoy de acuerdo en algunas cosas que realizó y otras muy en desacuerdo.
    Creo que los intereses que lo guiaron, no fue el de un patriota, sino que fue primero el hombre, después el movimiento y luego la patria. Casi todos reconocemos algunas medidas progresistas en su gobierno, sobre todo en el primer mandato, pero si estas hubieran sido acordadas con una base más amplia, con parte de la oposición, tendríamos esas políticas para los próximos 20 años o mas.
    El eligió que sean solo parte de una identidad k, y de manera mezquina, solo le dejó estos avances al país, hasta el límite de su gobierno, ninguna generosidad, como se pretende. Es decir muchas cosas quedaron a tiro de decreto. No leyes con amplios consensos, para que todos nos pongamos a trabajar y sacar este país adelante. La seguridad sigue siendo un problema grave, porque las mafias que controlan los mercados delictivos han penetrado el estado, y están coordinadas con parte de la fuerza política que hoy gobierna. Los jóvenes siguen sin tener futuro claro, a pesar de la cámpora, el 25% de ellos no estudia ni trabaja, los trabajadores en negro, no están contemplados por la seguridad social, solo importa Moyano, y quebrar la CTA, no somos previsibles para gran parte del mundo, a pesar que pagamos como nadie deuda externa.
    Estos problemas continúan a pesar de que ahora estamos ante el crecimiento de un nuevo mito nacional. Con patas de barro, porque si además hablamos de la consistencia de su história, no da lugar para derramar lágrimas ni en derechos humanos (nunca firmaron en santa cruz ni un día de recuerdo de la Memoria), patrimonio nacional (activa participación en la privatización de YPF) políticamente participaron en el menemismo y con posterior relación política con Cavallo incluso (Alberto Fernández integró sus listas en la capital), calidad institucional, (la corte de santa cruz).
    Aclaro que estoy dispuesto a no considerar toda esta historia, si hubiera un intento de unidad nacional o acuerdo para fijar una política de estado en los temas más importantes del país. Si el futuro es mejor para todos los argentinos, soy de los que no tendría problemas en juntarme con cualquiera para lograrlo. Pero lamentablemente, por los indicios de los últimos días, no creo que vengan esos tiempos. Por lo que nos tendremos que resignar a consolidar la agenda de la oposición, juntar poder, para después intentar hacer lo que criticamos, incluso invitando a ellos como parte de una verdadera política de estado sustentable para el futuro de nuestro país y su gente.

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  5. Comparto los conceptos de "nino bottai". Lo resumiría en una frase: "La dosis hace al veneno". Kirchner recuperó, como se suele decir, la autoridad presidencial, pero el estilo para lograrlo fue luego exacerbado. Y lo que era un remedio, se transformó en veneno.
    Hay algo en la palabra "traidor" que me resulta incómodo. La suelen utilizar los intolerantes y la Argentina tuvo unos cuantos.

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