15/4/15

Los K, el derrame, y el menemismo que los parió


"El único que derrama es el Estado", dijo ayer CFK en un discurso en la presentación de una nueva línea de producción de autos de la japonesa Honda, en Campana. Pretendió con ello criticar a los empresarios y defender el salario. No afecten la demanda y "traigan la que se llevaron", cacareó. Lázaro y compañía carraspeaban, donde quiera que estén. Y ni hablar de los recordados -y evaporados- "fondos de Santa Cruz".
Pero vamos al sustrato ideológico de lo dicho por la Presidenta: nada más noventista que reactualizar la "teoría del derrame". En este sentido, caben algunas breves pero importantes precisiones, que me llevan a actualizar el blog.
La neoliberal "teoría del derrame", muy en boga en los noventa en Latinoamérica y sobre todo en Argentina de la mano de Cavallo y Menem, sostiene groso modo que la copa derrama solo una vez que se llena. Esto es: en la opulencia. En otras palabras: sólo cuando los ricos se llenan bien los bolsillos "derraman" algunas migajas a los pobres. Y esto ocurre en el ámbito privado.
Sin embargo, la función del Estado, y de quien sale del ámbito privado y se dedica a la política, en teoría para servir al interés general, no es "derramar" sino asegurar la redistribución de los ingresos con un criterio de justicia social. Pero aún pasando por un momento por alto el error conceptual de la Presidenta de la Nación, hay que decir que un Estado sin crecimiento y casi en recesión como el nuestro muy difícilmente podría "derramar"; un Estado que se financia con los fondos de los jubilados y del Banco Central, o con emisión monetaria que genera una inflación galopante que corroe el salario del trabajador, y un Estado en cuya economía gravita centralmente el peso de la deuda, lo que hace es, antes que "derramar" de arriba abajo, todo lo contrario: quitarle bienestar a los más pobres para compensar a otros igual de pobres, sin alterar el flujo de transferencias ricos pobres, que "la juntan en pala", como siempre se jacta Cristina Kirchner. Me remito por caso a la regresiva política tributaria de la "década ganada".
En síntesis, el desliz neoliberal de Cristina sólo la muestra como lo que en verdad son los K: una reactualización contemporánea del menemismo que los parió.


19/2/15

18F: La marcha del silencio y la cadena nacional del silencio




"Aprovecho esta cadena para darle mis condolencias a las hijas Alberto Nisman, el fiscal federal muerto sospechosamente. A los argentinos compungidos que hoy marchan, quiero que sepan que mi corazón está con ustedes, y que el Estado pone todos sus esfuerzos en el esclarecimiento del caso".

¿Tan difícil le resultaba decir esto a la "Presidenta de los 40 millones de argentinos"? ¿Tanto dolía? Tener ese gesto -la política es, en gran medida, gestualidad- no es mostrarse débil. Antes bien, es todo lo contrario. "Consolidar la paz interior", como reza el Preámbulo de nuestra Constitución (que es "liberal" y "conservadora", según los revolucionarios en el poder).
Rígida y enojada, ayer CFK se comparó con De la Rúa para decir que acá manda ella. La comparación, con todo, no la deja bien parada como "estadista". "Estadista" es ponerse por sobre las rencillas coyunturales aún a riesgo de recibir diatribas. Un verdadero líder hubiera puesto la cara aunque reciba sopapos. Acompañando a su pueblo por un crimen mafioso. CFK se aisló.
En efecto, el Gobierno nacional podría haberse subido al #18F y marchar con los fiscales y con el pueblo por la paz, por la república, por la justica y por la unidad (el reciente ejemplo lo dio el presidente francés Hollande). Pero no: prefirió hacer lo que siempre ha venido haciendo en estos 12 años de kirchnerismo en el poder: partir la sociedad, dividir para reinar. Hoy 19F -día del cumpleaños de CFK- la acusación de "golpista" a la marcha se evidencia como burda e irrespetuosa.
Cristina habló varias veces de Néstor y de las bondades del "proyecto industrializador". Le vendemos porotos de soja a China y le compramos trenes y ahora traen chinos a la Patagonia. ¿"Proyecto industrializador"?
“Hemos desarrollado autonomía nacional en un recurso estratégico como es la energía", dijo la Presidenta que terminó de vaciar la matriz energética, y acto seguido, sin ruborizarse, le pidió a un militante que use el split en 24 grados...
"Tenemos que garantizar que quien gobierne en 2015 tenga las mismas ideas de soberanía", dijo ayer CFK por cadena nacional, que se produjo para inaugurar por tercera vez Atucha II. ¿Qué soberanía? ¿Las de la cesión de soberanía jurídica que significó el memorandum con Irán? ¿Las de cesión de soberanía energética que significan el todavía secreto acuerdo entre YPF y Chevrón? ¿La renuncia a la soberanía económica y militar que significa la reedición de las relaciones carnales pero ahora con China?
Ojalá que no sea así. Con todo, por suerte nuestra Constitución Naciónal es republicana y prohibe eternizarse en el poder. Pero lo que sí incentiva la Carta Magna es la libre competencia partidaria (¿de ideas?). Así, el famoso (y autoritario, típica materialización de la tocquevilleana "tiranía de las
mayorías") "si no les gusta armen un partido y ganen elecciones" con que hasta ayer nomás el kirchnerismo chicaneaba al que pensaba diferente se vuelve hoy contra ellos. En efecto, por su impericia y mezquindad política basada en un gobierno hiperpersonalista no han abordado jamás el problema de la sucesión. El único candidato que les mide es el invento menemista Daniel Scioli, odiado y amado secretamente por esos contradictorios motivos. De modo que -esto ya se ha dicho en este espacio, pero nunca está de más repetirlo- si "el proyecto nacional y popular" (sea lo que esto fuere) no sigue liderando el destino de los argentinos a partir del 11 de diciembre será pura y exclusivamente responsabilidad de Cristina Fernández de Kirchner. En criollo, si mañana gobierna la "derecha rancia y oligárquica" habrá sido porque el kirchnerismo se concibió desde su génesis como un proyecto de poder estrictamente familiar. Primero "Pingüino o Pingüina" y luego Máximo, "líder de masas", según sus aduladores.
"Es bueno que deje de haber tanto secretismo", dijo acusando a Estados Unidos la Presidenta que vació TODOS los organismos de control de gestión pública y la ley de declaraciones juradas. Y pronunció, además, un concepto que define la lucidez de la clase gobernante argentina, que es el peronismo: "Cuando uno no tiene la importancia de cambiar una época debe tener la inteligencia de cambiar cuando la época cambia". Eso es el peronismo.

Silencios
Paradojas de la política argenta: ayer #18F Cristina también eligió el silencio, y por cadena nacional: NO habló de Nisman. ¿El silencio presidencial puede leerse como vocación del poder de "instalar otra agenda", como analizan semiólogos, comunicólogos e intelectuales filo K varios? NO. La gravedad institucional del caso -que la propia sociedad argentina en un 80% registra claramente- amerita y requiere su abordaje sin ninguneo ni partidización mezquina, sin ofensiva negación. Huelga aclarar que la marcha no fue contra el Gobierno: fue el gobierno quien se opuso a la marcha.
El mismo viernes 13 de febrero en que se conoció la imputación a Cristina por "encubrimiento" de la causa AMIA, la Presidenta dijo desde la Rosada por cadena nacional: "Nosotros somos la alegría. A ellos les dejamos el silencio. Porque los que no hablan es o porque no tienen nada para decir o porque no se animan a decir lo que piensan". Si, como creen los K con la filósofa política Chantal Mouffe -esposa del extinto pensador populista Ernesto Laclau- la política es señalar un enemigo, CFK se enemistó con medio país -por ser generosos- al escupir el #18F.
En el mismo sentido, ayer el titular de la ex SIDE Parrilli dijo en Diputados: "En el 55, días antes del bombardeo, también hubo una marcha silenciosa". Es la clara línea que se baja desde el poder, y que los medios K rotularon como: "La marcha de los 5 fiscales golpistas". Nada dicen sobre que muchísima gente también salió a la calle el 19 de enero, espontáneamente, cuando se conoció la noticia de la muerte sospechosa de Nisman. Otra vez: substiman al ciudadano.
Un pequeño párrafo aparte merece Carta Abierta, que con su pedido a la Corte Suprema de frenar la marcha demuestra una insalvable contradicción. ¿Acaso toda la movida por una "justicia democrática" votada por el pueblo (esto es: anti republicana, pues el diseño republicano establece un poder contramayoritario) que fue y es Justicia Legítima no es política? En el fondo de esa contradicción, no obstante, hay un hilo conductor: el autoritarismo congénito de la fracción gobernante. En su genética autoritaria (y a la luz de los números de la economía y la redistribución del ingreso, falsa) para el peronismo kirchnerista si el que marcha no es "el subsuelo de la patria sublevado" se trata de golpismo, o de caceloleros cogotudos destituyentes. Eso equivale no sólo
al desprecio al ciudadano sino a la democracia. La patria es el otro, pero solamente desde el discurso.
El colmo del mundo del revés lo expresó el sábado en TVR -parte de la parafernalia mediática de señalamiento oficialista de opositores- Mercedes Moran, quien dijo: "Me da miedo lo que está pasando. Es un grupo mafioso el que organiza el 18F". Me pregunto cómo califica la actriz que se sospeche que hayan matado a un fiscal. O sea: a Mercedes Morán le da más miedo la gente en la calle pidiendo justicia por Nisman que el hecho de que el fiscal haya aparecido muerto. Por suerte, los artistas que festejan sus cumpleaños con dinero del Estado son los menos. Ayer la gente salió a la calle indignada y contra las mafias intra poder, como lo hizo autoconvocada el 19E cuando murió Nisman.
Pero no. Hubo más. Mientras el pueblo honraba la memoria del fiscal Nisman, el kirchnerismo institucional la ensuciaba en el Senado en la voz del misionero Cabral, quien no tuvo vergüenza de decir que Lagomarsino era la pareja de Nisman y "le pegó un tiro amorosamente".
La gravedad del caso por el que la gente salió a la calle la expresó días pasados, con palabras sencillas, un actor político importante contra el autoritarismo feudal de los 90: la monja Martha Pelloni: "No solo desacreditan a Nisman, sino a todos los que buscamos justicia".
Ayer la inmensa mayoría de los argentinos marchó -salió, otra vez, a la calle- a recordar un fiscal muerto sospechosamente y a pedir justicia. La marcha, silenciosa, pacífica, respetuosa y democrática, fue netamente política, como en general el silencio lo es. Y allí estaba la monja Martha Pelloni que con sus marchas del silencio en los 90 tiró abajo el feudo catamarqueño de los Saadi para atestiguarlo. Otro dato interesante. La última vez que los argentinos marcharon mirando a la Justicia fue en el pos 2001, cuando los enardecidos ahorristas se juntaban en Tribunales para reclamar a la Corte Suprema por el "Corralito" de Cavallo y cía. Fue un reclamo económico. "Les tocaron el bolsillo, si no no salen", es un latiguillo K al respecto. Y bien, cumpa: con la muerte de Nisman nos tocaron la república, por eso el #18F, que fue una manifestación -libre y democrática, insisto- netamente política e institucional.
Sería para festejar, si en su trasfondo no hubiera una muerte mafiosa que recuerda los peores tiempos de este país, cuando las facciones que se disputaban el poder se pasaban mensajes políticos con cuerpos humanos sin vida.
"Estuve en la marcha. Estaban todos lo negocios abiertos. Nadie rompió ni saqueó nada. Un ejemplo", observó por radio un ciudadano de a pie. Resultaron ser bastante educados los golpistas. Y sí. El kirchnerismo primero banalizó el término "gorila" (cualquier logi es un gorila). Y terminó banalizando el autoritarismo de los golpes de Estado. Cuestionan a "las corporaciones" y gobiernan corporativamente (recuérdese el fallo de la Corte Suprema exigiendo libertad sindical). Desde 2008 vienen anunciando un "golpe de Estado en marcha", pero gobiernan hace 12 años. Sin control y con la suma del poder público.
Por último, si bien la marcha es un saludable aliento republicano y de sentido común en medio de tanto mensaje mafioso, no hay que perder de vista el siguiente punto: toda esta gente que salió ayer a la calle no la junta el oficialismo, reducido a los íntimos patios de la Rosada, pero tampoco la oposición. Algo funciona mal en la democracia argentina si las mayores convocatorias ciudadanas de los últimos tiempos son espontáneas o por un crimen de Estado...
Ayer #18F la marcha del silencio se rompió varias veces, por dos motivos: para cantar el himno nacional y para gritar: "NUNCA MÁS".
NUNCA MÁS al gobierno de las mafias
NUNCA MÁS a la impunidad
NUNCA MÁS al uso partidario (e ilegal) de las agencias del Estado como la SIDE
NUNCA MÁS a la muerte política en Argentina
.

24/4/14

Problemas de empalme entre relato y realidad

Ayer a la tarde, el Gobierno nacional tenía programado dar a conocer los datos de pobreza del segundo semestre de 2013. Sin embargo, abruptamente el ministro de Economía, Axel Kicillof, levantó sin dar explicaciones la conferencia en que difundiría esos datos públicos. Esto es: de todos.
Hoy, bien temprano, en su habitual conferencia de prensa diaria en la que suele usar muchs palabras para no decir nada, el Jefe de Gabinete, Jorge Milton "Coqui" Capitanich, explicó -leyendo un papel, como nunca hace; como si repitiera un libreto- la grave omisión. Dijo que se debíó a "problemas metodológicos", "de empalme" entre la anterior forma de medición y la que se comenzó a implementar a comienzos de año.
Luego de ello, en declaraciones a Radio Mitre, la ex directora del Indec Cynhtia Pok sostuvo que "no hay nada que empalmar porque los datos que debían presentar corresponden al segundo semestre del año pasado, y el año pasado estabamos con la misma canasta. El Índice de Precios Nacional y Urbano no tenía nada que hacer ahí".
Para abundar en los detalles de este grosero bolazo del "empalme", recomiendo también esta nota de hoy del periodista Gustavo Noriega.

Pobreza Cero
Oficialmente, Argentina no sabe cuántos son sus pobres e indigentes. Difícilmente pueda atacarse un problema que "no se ve" o del cual se tiene una difusa dimensión.
La última dictadura juntaba los pobres en un camión y los tiraba en otras provincias. Es lo que hacía el general Antonio Domingo Bussi en Tucumán. O levantaba muros en las villas para ocultar los pobres. Aquí nomás, en la villa 31. El camino de ese ocultamiento lo mostró el intendente Cacciatore.
Los nuevos fascismos son más sutiles y simbólicos (pobre Bourdieu): levantan muros estadísticos.
Como diría Videla: No están ni muertos ni vivos, están desaparecidos... de las estadísticas públicas, los pobres. Invisibilizados, para usar una palabra que le encanta a los foucaultianos comentadores del gobierno nacional y popular.
El número que habría debido dar el Indec, luego de su lavada de cara, hubiera sido cerca de tres veces menos que el que estiman consultoras y organismos privados, esto es: alrededor de un 30% de pobreza real y cerca de un 10% de indigencia. Incluso son llamativos e incoherentes con el cálculo oficial los números que darían si se tomara en cuenta el Plan Precios Cuidados, como lo demostró el martes el periodista Marcelo Zlotogwiazda en TN. Puede verse el original e interesante análisis aquí:



En síntesis, lo que en rigor los K no llegaron a empalmar es el "relato" con la realidad. Pobreza Cero. Ni el menemismo se atrevió a tanto.
El kirchnerismo lo hizo.
Esto puede ligarse con otro hecho. En su cadena nacional de ayer al mediodía en la que relató las bondades de la "revolución ferroviaria", la presidenta de la Nación, Cristina Kirchner, aludió por tercera vez en la misma semana a "la herencia" que dejará el kirchnerismo, al "futuro" luego de 2015. Entre otras cosas, señaló con preocupación: "Que no vuelva el discurso privatizador". Fue la advertencia con la que nació, años ha, este blog y que pueden releer aquí.
Esta semana marca, claramente, un punto de inflexión en el "relato" oficial: CFK ya no sólo reescribe el pasado sino que ya se esfuerza denodadamente por escribir -inscribir- y apuntalar el futuro; un futuro escrito (de antemano): la bella herencia del kirchnerismo. Los modernos "bitrenes" que no tienen vías donde rodar porque los ramales siguen cerrados o porque las vías están deterioradas por la falta de inversión, la nueva Pobreza Cero, etc., etc., pero nunca el "hambre de agua" en la Formosa del gobernador K Gildo Insfrán, para citar sólo un caso emblemático.
Es así: en la fase de retirada del kirchnerismo, el "relato" se preocupa por granhermanear aquello que inevitablemente lo excede: el futuro. Así de ridículo, patético, y, en fin, autoritario.
Sin embargo, parafraseando al mítico "cuento más breve de la historia", el del dinosaurio del genial escritor guatemalteco Augusto Monterroso, podríamos decir:


Cuando se despertó, los pobres todavía estaban allí.

9/4/14

Relato puro: la cadena nacional del humor que hace llorar

Ayer la Presidenta de la Nación, Cristina Kirchner, violó flagrante y alevosamente la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. La Ley 26.522, famosamente conocida como "Ley de medios", impulsada por su propio gobierno. Concretamente, Cristina violó el artículo 75 de esa ley, referente a las situaciones que ameritan el uso de la cadena nacional. En la imagen que sigue se cita el mencionado artículo, que no deja lugar a dudas:


Hubo una situación extremadamente "grave" que ameritaba la cadena, pero no fue mencionada por la Presidenta. En efecto, el lunes, un temporal deja más de 1300 evacuados en todo el país, sobre todo en Neuquén. Sin embargo, el martes, la Presidenta hizo una cadena nacional desde Tecnópolis, no por los hermanos afectados sino presentando a un rapero y a un humorista que nos ofrecieron -por cadena, repito- su rutina.
El narcotráfico, la inseguridad, los linchamientos, la evaporación del salario en la mano de los trabajadores no son, evidentemente, situaciones "graves" que deban ser tratadas por cadena. Sobre ello, Cristina deslizó un tajante "Siempre tendremos problemas" que rememora el "Pobres habrá siempre" que con su habitual cinismo nos regaló Carlos Menem en los noventa.
Así, sin nada importante que decirle a todos los argentinos, Cristina interrumpió la programación de la cadena del desánimo para dar ánimo a sus seguidores con un rapero y un humorista. Y hasta ocurrió un intercambio grotesco y bizarro, más propio de Diego Capusotto que de quienes tienen las riendas del poder. El humorista filo K  Guillermo Selci hizo un chiste sobre La Cámpora:

"Tengo un amigo de La Cámpora, que antes le decíamos el Negro Ciruela, y ahora le decimos Blackberry", y como un resorte, los militantes camporitas empezaron a gritar, al estilo Capusotto:
"Che gorila, che gorila, no te lo decimos más, si la tocan a Cristina qué quilombo se va a armar".


Todo por cadena nacional, insisto. La voz de la Presidenta de la Nación, en ese intercambio (fue cuando dio comienzo formalmente la cadena), estuvo ausente; representaba, cabalmente, lo que viene demostrando desde el gobierno en los últimos años: no está, se fue. Desertó. Arreglensé ustedes. Y sí: ésta fue la cadena nacional de la deserción.

Humor, poder, Pueblo Uno
Puedo aceptar que un humorista se ría ácidamente de nosotros. Puedo aceptar que un humorista se ría de nuestras desgracias y hasta de nuestras tragedias y nuestros muertos. De Once, de los inundados de La Plata. El humor es una de las formas más duras y elocuentes de criticar al poder. Lo que no estoy dispuesto a tolerar es el humor complaciente de los humoristas del poder, que es en síntesis una de las formas que adopta el poder de reírse de su pueblo, alterando el sentido de la crítica. Los judíos riéndose de Auswitch constituyen una forma de conjurar y sobrellevar el horror. Si lo hiciera Hitler sería una afrenta imperdonable. Recuérdese, en estos pagos, el mal chiste de Daniel Paz de fin del año pasado sobre los cortes de luz.


Esta cadena nacional del humor de ayer consagra, finalmente, esa alteración del patrón de la crítica. No es función del Poder Ejecutivo hacernos reir, ni siquiera criticar. Su tarea es gobernar, e informar a la población sobre los actos de gobierno, transparentar los gastos públicos para que la opinión pública debata sobre ellos con datos. Ninguna de estas tres cosas hace el gobierno de Cristina, que no termina de aceptar que simplemente es nuestra representante, un mero servidor público que mañana dejará el lugar a otro..
"En el fondo todos somos uno", dijo en la cadena nacional del humor. Éste es el nudo gordiano de la manipuladora falacia populista y de todos los regímenes autoritarios, en fin. Pues ése "pueblo uno" (descrito críticamente por Ranciere o adulatoriamente por Laclau) es encarnado ni más ni menos que por el líder. Por Ella. Y no. Lo lamento pero yo no soy usted, señora Presidenta. Ni quiero serlo.
Declamación personal al margen, la de ayer ya se se ha ganado el título de la más insólita cadena nacional de la historia de la comunicación política argentina, en la que la Primera Voz, la que anuncia los actos de gobierno, no habló, y cedió el micrófono a un humorista.
Asistimos, como diría Máximo K, a un simulacro de gobierno. Hace tiempo.
Relato puro.

8/4/14

Un país al margen de la Ley (Linchamientos II)

Intento de linchamiento en Posadas, Misiones, ayer

Ayer hubo otro intento de linchamiento en Posadas, Misiones (foto), en una saga de barbarie que duró varias horas.También hubo otro linchamiento en Merlo, provincia de Buenos Aires. Y otro en Santiago del Estero. Más de una docena de demostración de que efectivamente "la patria es el otro" en apenas 20 días.
Muchos, muchísimos, aparecen exaltados por las redes sociales, demostrando su alegría porque "el pueblo se hace cargo de la delincuencia", y cosas así. No es menor el rol que juegan los medios en casos tan sensibles a la opinión pública como estos. Dejo, al respecto, esta interesante nota de Sebastián Lacunza: "La turba y los medios, seducción mutua".
Volvamos al tema de este breve post: el auge y el festejo de la barbarie. Amigo de clase media: cuando cuestiones a los piquetes porque no te dejan circular con tu tutú nuevo x las calles, te voy a recordar que te alegraste y apoyaste los linchamientos, que se rigen por la mísma lógica berreta de la justificación para evadir la ley.
El debate por los linchamientos se acaba en un minuto, con el código penal en mano: pena por robar un reloj + pena por linchar un cristiano. Cúmplanse ambas en serio y a ver quién sale a robar, y quién sale a linchar.
Insisto en esto: en términos argumentativos, la justificación de los linchamientos es a la clase media lo que los piquetes a los desocupados. Justificar los linchamientos por el hecho cierto de que el "Estado está ausente" es igual a legitimar los piquetes porque la situación social es grave, cosa también cierta. Y así en este ispa, desde abajo, desde el medio o desde arriba, sigue rigiendo la misma lógica berreta que encuentra motivos para no cumplir la Ley. Para vivir, como decía Carlos Nino, al margen de la ley.

Acuarela: "Animales sueltos" (Luis Scafati)

Aunque suene a obviedad, la Ley está para ser, primero, respetada (repito: valorada, respetada como la forma elemental de convivencia en las sociedades complejas) y, luego, cumplida. Hay que empezar por ahí: por dar señales de que la Ley está para que la cumplan todos. Los populismos son, claramente, todo lo contrario a esto. La señal que dan los tres poderes del Estado, empezando por el Ejecutivo, es que la ley está para ser ingeniosamente burlada y evitada. Y bien, mientras la Ley valga un pedo (porque "no hay trabajo", porque "los chorros entran por una puerta y salen por otra", o simplemente porque soy un gobernante poronga) discutimos giladas; y dale que va.

31/3/14

Linchamientos, de la evaporación del Estado a la justicia por mano propia

Joven confundido con un ladrón y golpeado brutalmente hoy en Rosario
No cuenten conmigo.
Linchamos al que roba un celular, o mata una anciana. Ignoramos al que se roba un país y condena a generaciones a la miseria y la ignominia. La Argentina draconiana que supimos conseguir en esta década. Gracias, Mamá Cristina.
En rigor, ni siquiera somos draconianos. Dracón proponía las mismas severísimas penas al que robaba una gallina que al que mataba a otro ser humano.
Este post no tiene el cuidado y tiempo de escritura que merecería, pero quería expresar aquí esa postura: No cuenten conmigo.
Permitanmé una alocada asociación en este lamentable tema de los linchamientos, especie de justicia por mano propia del Neanderthal. Yo no descartaría tener en cuenta el fenómeno "Pablo Escobar, El Patrón del Mal". La observación no viene de mi mente febril, sino de un comentario que le escuché a una persona mayor, de quien recibí muchos de mis valores más nobles como el respeto a las ideas del otro, y aún de la vida de los demás. Una persona no sólo pacífica, sino lúcida, consciente de que en el "todos contra todos" y en el "ojo por ojo", los que pierden son los que menos recursos tienen para defenderse.
Esa persona me dijo, mientras veía "Escobar, el Patrón del Mal": "Acá tiene que venir un Escobar que se cargue a todos los políticos chorros. No puede ser que se afanen el país y que nadie haga nada, que un juez acepte presiones del Ejecutivo como si nada. Pagando con la vida es la única manera que los que nos gobiernan van a aprender que con nosotros no se jode. Mientras tanto, dale que va".
Este razonamiento derrama, por cierto, a toda la sociedad. Y ahí están los linchamientos que se vienen sucediendo -Rosario, Palermo, Rosario otra vez, General Roca (Río Negro)- Córdoba y La Rioja- para atestiguarlo: nueve casos en nueve días. Si el Estado se fue y los gobernantes no cumplen su función de representantes del pueblo, y sólo estan allí para hacer negocios con total impunidad, la conclusión es obvia: estoy solo. Y, en esta Argentina miserabilizada, "solo" es "solo contra los chorros".


No hay linchamientos "de derecha" o "de izquierda". Un linchamiento es un acto cobarde y fascista. Y sin pretender caer en analogías fáciles, creo que hay una línea que va de los saqueos a los linchamientos. Así como una que llega allí desde la delación institucionalizada que en definitiva es el Plan Mirar Para Cuidar. Pues el Mirar para Cuidar no es más que la aceptación del Estado de que no es capaz de controlar la inflación; la economía, en fin. Todo tiene que ver con todo.
El linchamiento es la respuesta bruta(l) del ciudadano de a pie a ese abandono del Estado de cumplir sus funciones básicas (el neoliberalismo es el estadío actual del capitalismo; cada vez está más claro). Si el Estado no da señales de combatir el delito -y hasta incluso muestra lo contrario, en este ridículo debate de reforma del Código Penal que propone rebajar penas, sosteniendo que la cárcel no sirve para nada- y respetar la vida de todos, la "sociedad civil" emite, sin más mediaciones que la de sus propios y concretos puños y patadas, la señal. Pero la señal obra sobre la vida, o la muerte, del otro: la señal que se emite es la guerra. La señal es que ya no hay sociedad, que ya no hay comunidad posible. Que el eslogan oficial "La patria es el otro" es un insultante chiste del poder.
Si la vida no vale nada, imagínense la palabra... ¿O habría que pensarlo al revés, y en una relación causa efecto? En efecto, consecuencia de que la palabra no vale nada (la Constitución es nuestra máxima palabra dada, pactada), la vida no importa nada. Y es claro: en ese cuadro que pintamos todos también perdemos todos.
Pobreza miserable y riqueza que se junta "en pala"; anomia total y desigualdad social. Los extremos conviven en esta Argentina que relata una "década ganada" pero esconde los números estadísticos que confirman la miseria que se ve por todos lados. En esta Argentina que entre la corrupción del poder y el dinero fácil del narcotráfico se encamina a velocidad crucero a la descomposición social total; una panorama nada distinto del que se avisoraba en los noventa, y más aún en 2001.
Las señales, en fin, que la sociedad civil emite a la clase política por su abandono representativo, por su ombliguismo cortoplacista y mezquino, son peligrosas. Y nada "progresistas". Al contrario: estamos involucionando.
Tal vez eso envalentonó a Cristina Fernández, Presidenta de la Nación, a decir por cadena nacional que "la violencia genera violencia" (frase que ya había utilizado para defender la represión de Maduro al pueblo venezolano) y que se necesitan "miradas y voces que traigan tranquilidad". En buen romance: la culpa del odio creciente y de la miseria -que también genera odio- la tienen los medios. Y Sergio Massa, claro. Cristina parecía, en su cadena, presidenta de Suecia, y recién asumida y no hace 12 años (o hace 25, sin tomamos como referencia al partido de gobierno).
El hombre es un animal político, como sabemos desde Aristóteles, y la política es la forma más sublime y civilizada de resolver la multiplicidad de intereses que afloran en las sociedades cada vez más complejas en que vivimos. La Argentina animalizada de los linchamientos parece poner en duda ese saber elemental que el hombre ha aprendido hace más de 2500 años. La Argentina animalizada de los lichamientos evidencia, en primerísimo plano, de defección de la clase política toda, y la decepción y desesperanza del argentino medio respecto de su propia tierra y sus propios... ¿hermanos?
El linchamiento no es la respuesta a nuestros problemas.
No cuenten conmigo para ello.

15/1/14

Obviedades

Hace años que, desde este blog, quien suscribe viene "provocando" con la abrumadora cantidad de "coincidencias" entre menemismo y kirchnerismo, o menemkirchnerismo; eso que hoy para el común de los argentinos mínimamente formados e informados es la más obvia de las obviedades, como dice el constitucionalista Roberto Gargarella en Perfil del domingo pasado, en el artículo que ilustra este posteo (el primer posteo del año del Mundial, señores).


Menemismo y Kirchnerismo: el mismo cinismo del poder, la misma corrupción -con distinto método-, la misma asesina ausencia del Estado (o presencia selectiva, en rigor).
El de Gargarella es un texto digno de recuadro. Y de recuerdo. Por eso quiero dejarlo consignado en este espacio. No sin dejar de notar que, con todo, Gargarella olvida que también la estructura jurídica del Estado es la misma de hace 20 años, fruto del famoso paquete de primeras 20 leyes madre (reforma administrativa y financiera, etc) acordado entre el radicalismo saliente y el peronismo entrante al poder, que dejó un Estado podado e incapaz, por más empresas estatales y servicios públicos (o Kajas) que hoy se hayan "recuperado", como se cacarea desde La Cámpora y demás benefactores del calor del poder. Lo decimos una vez más en este blog: reestatizar no es capacitar al Estado.
Destaco, por último, el que Gargarella haga tanto eje en algo que desde aquí también marcamos (por su ausencia) y que es la contracara del clivaje político (ver post "El clivaje político: la peor herencia K") que revivieron los K en estos años de gobierno para acumular poder: la fraternidad. Recuperar la confraternidad entre hermanos será una tarea que llevará años a las próximas generaciones de dirigentes argentinos.
Aquí, el link al artículo publicado en Perfil.


6/10/13

Arritmia y hematoma, ¿efecto luto 2? La degradación de la palabra oficial


Cristina Kirchner, la presidenta argentina más poderosa de la vuelta de la democracia al país, padece una "colección subdural crónica", según informó ayer el vocero de prensa del Gobierno nacional. "Cristina Fernández sufrió un traumatismo de cráneo el 12 de agosto", expresa el parte médido oficial que leyó Alfredo Scoccimarro. Por ese hematoma craneal, la Presidenta deberá permanecer un mes -otra vez: un mes- en reposo. ¿Lo cumplirá? ¿Qué hará el peronismo? ¿Y la oposición?

El mandato constitucional para el ejercicio de la Presidencia en Argentina es de 4 años: 48 meses. Sin embargo, el segundo mandato de CFK durará 47 meses, a partir del reposo por 30 días que le recomendaron los médicos por su hematoma craneal del 12 de agosto y dado a conocer recién ayer. La arritmia presidencial consecuencia del traumatismo sufrido por Cristina es grave.
Es grave, ciertamente, para la salud de la primera mandataria y para la salud de la república. En términos médicos, es de esperar que Cristina cumpla el mes de reposo o todo el tiempo que necesite para reponerse y volver a ejercer la primera magistratura en plenitud de sus capacidades físicas y psíquicas. En términos políticos, este corrimiento momentáneo de Cristina del centro de la escena abre un sinfin de especulaciones e inquietudes, no sólo de palacio sino también en el ciudadano de a pie.

Nos habíamos Amado tanto: Boudou Presidente
Por un mes, o hasta que Cristina se reponga, Amado Boudou ejercerá la Presidencia de la Nación. Es un curioso golpe de timón, pues el cuestionado guitarrista estaba alejado de la campaña electoral por "piantavotos" y de repente se encuentra como Presidente en funciones. Boudou es un paria político, carente de buena imagen en función de sus más de 50 causas penales abiertas por presuntos delitos cometidos desde la función pública, de los cuales el affaire Ciccone es el más conocido. Boudou es un funcionario sin autoridad. Esto lo saben bien los peronistas. Las internas pueden ser crueles. Esta hipótesis hace suponer que Cristina no se despegará del todo del ejercicio del mando para mantener controlada a la tropa.
Por lo demás, es algo obvio, pero vale recordarlo: Boudou es el Vicepresidente que eligió CFK. Ella solita.
Con Boudou Presidente, octubre será un lindo mes para leer en la prensa oficialista las crónicas de la Revolución Progresista... encabezada por el ex UCEDE. Tal vez al menos por este mes los k tragarán saliva y no le pegarán a Massa por noventista y neoliberal...
De contradicciones está lleno el gobierno "nacional y popular".

La degradación de la palabra oficial
En las pocas horas que van desde que se conoció el diagnóstico de la salud de Cristina, lo que más llama la atención es la poderosa sospecha que la mitad del pueblo argentino expresa a quien quiera oirlo.
En efecto, a la par del esperable y loable #FuerzaCristina de los militantes k, en las redes sociales se leen todo tipo de conjeturas. Como por ejemplo esta frase: "las ratas son las primeras en abandonar el barco". O la que con su habitual humor sucinto y cáustico vomitó el @GoronelGonorrea: "Los números dan mal, se borra un mes".
Muchísima gente desconfía hoy del traumatismo de CFK como ayer se mantenía incrédula de la muerte del mafioso Alfredo Yabrán. Tal es el nivel de la degradación de la palabra oficial.
No es para menos. El kirchnerismo tiene un historial de plantarle trampas al pueblo. Negación de la realidad (cepo, inflación, inseguridad), falseo de datos y estadísticas públicas, obras inauguradas decenas de veces, pasando por la inolvidable berretada nestorista de los "candidatos testimoniales" hasta la detección de un falso cáncer de CFK (imperdonable, por imprudencia o por inescrupulosidad). Todo parece trampa. Todo contribuye a la degradación de la palabra oficial que termina en la sospecha actual. O habría que decir: "todo resta" a que crezcamos como país basado en el diálogo, el consenso y en la legítima expresión de los diversos intereses que habitan en las complejas sociedades contemporáneas.

¿Efecto luto 2?
Las preguntas que abre este nuevo escenario son muchas. ¿Un respiro para el oficialismo? ¿Se aleja 2015?
Cierto el problema de salud o maniobra, y más allá del tiempo -completo o parcial- de reposo, sin dudas Cristina no dejará pasar la oportunidad y le dará un uso político a su preocupante arritmia. Como lo hizo con el embarazo perdido de su nuera o el cáncer curado de su candidato Martín Insaurralde, o por cierto con la misma muerte de su marido. Sería una especie de nuevo y curioso "efecto luto"... en vida y propio. El kirchnerismo, también lo sabemos, es experto a la hora de victimizarse.
Pero, guste la comparación o no, lo cierto es que este nuevo cuadro clínico-electoral plantea para la oposición un escenario similar al del luto tras la muerte de Néstor Kirchner: ¿cómo se le pega a una Presidenta frágil? Alguien me respondió por Twitter, con un humor bastante ácido: "Con una Massa". Los políticos opositores se apuraron a enviarle a CFK los previsibles deseos de que se recupere. Pero también salieron los perros ladradores. El primero fue el diputado ultra K Edgardo Depetri, que bramó: "Sería lamentable que alguien piense en hacer campaña con la salud de Cristina".
Y hablando de Néstor, es de esperar que Cristina cumpla el mes de reposo y no repita el proceder del ex presidente que, para no mostrarse débil -es un axioma político que "un presidente enfermo es un presidente políticamente débil"- siguió y siguió y sabemos qué pasó...
Insisto. No es un dato menor que la mitad del pueblo argentino no le crea al Gobierno ni sobre el percance de la salud presidencial. Significa una profunda degradación de la palabra (oficial), que es, en definitiva, una degradación de la política misma.
Yo no tengo dudas de la gravedad del problema de salud de Cristina. Por otra parte, antes que un "voto lástima", en tren de elucubrar conspiraciones, imagino a los K muy consternados por la salud de su líder y pidiendo que Cristina deje el poder para preservarse (una línea más, para llevar esta hipótesis hasta el final: de ocurrir algo así, el kirchnerismo terminaría con un curioso y paradójico clamor (auto)destituyente...). Difícil que suceda.
Pero lo lo que no es una conspiración es que el traumatismo de Cristina pone sobre el tapete una vez más -y van- la fragilidad de los cambios no institucionalizados del populismo gobernante: un simple resbalón puede tumbar todo lo "ganado" en esta década a golpe de declamación y telefonazo, en un poder tan concentrado y personalista como el de Cristina Fernández de Kirchner. Y después hablan de "republicanismo abstracto"...
Fractura expuesta del doble discurso K: "Yo no confío en nadie. Sólo confío en mis hijos", le decía CFK a Jorge Rial en la entrevista grabada que se emitió ayer a la tarde-noche, mientras a la Presidenta le hacían los estudios médicos en la Fundación Favaloro. ¿No era que había "vuelto la política", el "amor", y que "La patria es el otro"?
Recalco: el 27 de octubre no habrá "voto lástima". Hace tiempo que Fortuna viró para otro lado y no le es amable al kirchnerismo. A lo sumo, la astucia de los K estará en salirse de escena sin que la bomba de tiempo les estalle a ellos; en que vengan otros que serán visibilizados como los culpables y que finalmente sean ellos los llamados a poner fin a una eventual nueva "crisis terminal". Es decir, que la historia argentina se repita.

Todos los interrogantes se irán respondiendo naturalmente con el correr del tiempo.
Lo último que los argentinos necesitamos es mártires; necesitamos que Cristina se recupere y reasuma el poder para cumplir su mandato y entregarle la banda presidencial en 2015 a otro argentino votado por el pueblo.
Fuerza, Presidenta.

23/8/13

El "diálogo político", nueva trampa K

Lo digo desde el principio: estoy en contra de todo falso diálogo político, corporativo y antidemocrático como los que pomposa y mañeramente plantea el Gobierno k.
En un viejo post definí la doble ética de la trampa (negativa y positiva en contextos adversos), a la que el kirchnerismo apela para realizar, generalmente, una "política tramposa".
El "diálogo político" no "con los suplentes que van en las listas" sino con los "titulares" que plantea la Presidenta de la Nación, Cristina Kirchner, es un nuevo ejemplo de esa política tramposa.
Lo que el kirchnerismo debería hacer es mandar proyectos de ley al Congreso. Esto es: GOBERNAR.
"Vamos a hablar, a dialogar, a ponernos de acuerdo. Proyectamos varias reuniones más; la idea es formalizar este mecanismo". Todo muy lindo, pero... Y el Congreso ¿para qué está? El "mecanismo" de diálogo existe, y se lo ningunea. "Sres Diputados y Senadores: se me cruzan de brazos hasta que CFK y 'los titulares' decidan qué políticas seguir. Y CHITO LA BOCA, EH".
En términos del eslogan de campaña K, esta reedición del "diálogo político" es: "Elegir seguir con la sarasa".
En fin, reunirse con un sector de empresarios y sindicalistas afines a decidir medidas económicas NO es dialogar sino todo lo contrario: es despreciar a los representantes del pueblo que fueron votados por éste -el soberano, en definitiva- y laburan en el Congreso; y si proponen una norma inconstitucional la que labura es la Justicia. Es, en síntesis, despreciar el sistema republicano de gobierno.
CFK no discute con los "suplentes" sino de igual al igual con los "titulares" del poder porque ella cree "encarnar la voluntad popular". No es así. La trampa kirchnerista estriba en la siguiente falacia: "el Presidente encarna la voluntad popular absoluta". No es así exactamente: el Ejecutivo representa la voluntad de (auto)gobierno. La voluntad popular general se expresa cabalmente en el arreglo de valores por excelencia que un pueblo libre puede darse a sí mismo. Esto es: la Constitución Nacional. Pequeña sutileza. Por eso es fundamental el Poder Judicial: para preservar a la voluntad general... de la voluntad popular coyunturalmente expresada en el voto. Por eso CFK quiso destruirlo; y el garante de los derechos del pueblo que es la Justicia les dijo "NO".
Por cierto, la prensa -hegemónica u oficialista; en estas cuestiones estructurales del poder no difieren- trata el tema de este "diálogo político" antidemocrático y corporativo como algo natural, cuando a todas luces no lo es.
Este nuevo-viejo engendro tramposo del "diálogo político" (cuyo autor es Néstor Kirchner, versión 2009) es, en fin, una maniobra distractiva para elegir seguir haciendo NADA.
Esta forma del kirchnerismo de "jugar a la política" pero hacer piloto automático es, por último, otra muestra del noventismo neoliberal que sigue en el (des)gobierno de este país, pese a que el relato diga que "el Estado volvió".
Este tramposo piloto político automático funciona así: el gran golpe de magia del kirchnerismo es hacer creer que quieren gobernar para los humildes y que la Justicia -"antipopular"- "los frena". En efecto, se ha convertido en un arte del kirchnerismo el proponer medidas anticonstitucionales que -ellos saben de antemano- quedarán en nada, precisamente por atentar contra la Carta Magna que supimos conseguir. Así parece que "gobiernan".
TRAMPA.
Curioso: al contrario de la sobreactuación kirchnerista, en las tan mentadas Australia y Canadá no necesitan "mostrar que gobiernan" para que el pueblo vea que, en efecto, hay un gobierno que gobierna.
Este "diálogo político" es, entonces, la reedición de una de las peores trampas k.
Lo que Cristina Kirchner -el Ejecutivo con más poder desde la vuelta de la democracia- debería proponer es diversificar la sojizada economía argentina, desarrollar las fuerzas productivas para que den trabajo genuino, industrializando el país, acompañado de una reforma tributaria que recaiga verdaderamente sobre los que más tienen para lograr la muy peronista "justicia social", milenariamente conocida como justicia redistributiva. Nada de esto trajo la "década ganada".
Lo que Cristina Kirchner -el Ejecutivo con más poder desde la vuelta de la democracia- debería hacer es mandar proyectos de ley serios al Congreso y dejar de despreciar la voluntad popular que dice representar o encarnar.
Lo que Cristina Kirchner -el Ejecutivo con más poder desde la vuelta de la democracia- debería hacer es -en buen romance- GOBERNAR. A 18 meses de #ONCE, la demanda duele y es más urgente que nunca.

22/8/13

18 meses de #Once: elegir seguir politizando la desidia estatal

"No somos animales. JUSTICIA", gritaban los familiares hoy 22/8/2013 en Once.

Hoy se cumple un año y medio de la manifestación más palmaria de la desidia estatal que ha significado para todos los argentinos -los que vivimos en Argentina, y no en Australia o Canadá- la "década ganada" kirchnerista. En efecto, el 22 de febrero de 2012 ocurría la "tragedia de Once", que dejaría como saldo 51 laburantes muertos y 704 heridos de distinta gravedad.
Cuatro días después de aquello, el 26 de febrero de 2012, escribí aquí lo siguiente:

"Once es la muerte -por implosión- del Relato K.
Once, el Cromagnón de los K, tiene muchos sinónimos que ya conocemos; una cadena de significantes que también nos viene de la década del noventa, pero que el Relato Oficial ha sabido inteligentemente conjurar, alejándose de ella en el discurso, pero sosteniéndola férreamente en la práctica (política). Once es capitalismo de amigos, neoliberalismo, Estado vaciado, Estado bobo, Estado incapaz, Once es corrupción pública, y privada, Once es cortoplacismo populista. Once es subsidios al capitalista para sostenterle la ganancia sin invertir absolutamente un peso en infraestructura (total, el Estado no controla, ni sanciona), mientras repartimos un poco para que parezca que somos 'nacional y populares', 'redistributivos', pero en realidad sostenemos el mismo porcentaje de pobreza e indigencia que en los noventa. Once es la continuación de la reforma del Estado de los noventa, pero parcheada. Once es los noventa con otro relato".
Titulé a ese post "Constitución versus Once". Lo pueden leer aquí:

Que Once fue la muerte por implosión del "relato" k tuvo su confirmación electoral el 11 de agosto de este año en las PASO, y así lo informó hace unos días el diario El Cronista Comercial: "El Gobierno perdió las PASO en cada una de las 16 estaciones que atraviesa el tren Sarmiento", de Moreno a Once, tituló el matutino.

Había que "politizar las muertes de Once", y así lo entendió la sociedad, castigando con su voto el desgobierno, la mentira y la falta de respeto a los laburantes y a los familiares de las víctimas.
El 27 de octubre se consagrará aquel castigo, y empezará a haber un poco de justicia.
La otra justicia, la que esperamos todos -la que la Presidenta de la Nación dijo que actuaría pronto y luego de 18 meses todavía estamos esperando-, llegará cuando se condene a todos los culpables de esta horrenda masacre planificada por acción y sobre todo por omisión del Estado nacional en connivencia con empresarios privados amigos del poder.
Justicia por Once.

8/12/12

"Manifiesto por la Ley de Medios"

Por Roberto Gargarella (*)

Estoy convencido de que la iniciativa de dictar una Ley de Medios dirigida a democratizar la palabra, cuenta con un apoyo más que mayoritario (desde ya que cuenta con mi propio enfático apoyo). Más todavía, estoy convencido de que la muy imperfecta Ley de Medios aprobada, a pesar de sus defectos, cuenta con un apoyo mayoritario (desde ya que cuenta con el mío, con obvias reservas respecto de los negocios de miembros del gobierno con empresarios amigos). Sólo bastaría, para hacer realidad la Ley de Medios vigente, un genuino compromiso de aplicarla ecuánimemente. Si se lo hiciera, sigo convencido, no habría presión de grupo alguno capaz de frenarla, ni habría conservatismo judicial capaz de derogarla o tornarla impracticable (la Corte Suprema ya dio varias muestras de su buena disposición a favor de los mejores principios de la Ley).

Pero no. El gobierno ha hecho hasta ahora todo peor que mal, y es insólito que lo haya hecho, porque ha perjudicado de ese modo hasta sus peores intereses. Por eso es entendible que tenga los problemas que tiene, para aplicar la Ley; como es entendible que tropiece con las resistencias que se le aparecen, antes de ponerla en marcha. Las resistencias encuentran apoyo entre la misma ciudadanía, que mira a la Ley, cada vez más, con una mezcla de desinterés y desconfianza. No se trata de que la ciudadanía sea conservadora, ni de que se le haya lavado el cerebro –clásicos argumentos de la derecha. Más bien lo contrario: la ciudadanía no se alinea con los “grandes grupos”, sino que le da la espalda o rechaza el comportamiento tramposo y antidemocrático que ha mostrado el gobierno, en todo este asunto.

Si el gobierno hubiera nombrado, en el organismo de aplicación, a una persona sensata y capacitada, en lugar de alguien que ha demostrado ser un soldado ciego (alguien que llegó a votar y justificar, desde el “progresismo”, a la Ley Antiterrorista), además de incompetente en materia de comunicación (y por lo tanto ilegalmente nombrado).

Si le hubiera dado cabida debida a la oposición, en el ente regulador.

Si no hubiera usado sus peores armas, para desprestigiar, remover y recusar a jueces sospechados de “no ser propios”.

Si no hubiera recurrido a los servicios de inteligencia, como el Proceso en su peor momento, para apretar a jueces disidentes y particulares díscolos.

Si no hubiera destratado a, ni se hubiera burlado de, el mismo Presidente de la Corte.

Si no hubiera llegado a acusar a la justicia de “golpista,” frente a la sola posibilidad de un fallo adverso.

Si no hubiera cambiado las reglas del juego contra uno de los jugadores, y a favor propio, mientras se desarrollaba el juego democrático –operando ese cambio de reglas de juego del modo en que siempre lo hace, es decir, de improviso, de forma oculta, a espaldas de la ciudadanía, sin discutir con nadie, de manera finalmente tramposa e ilegal.

Si no le hubiera impedido a la oposición participar –como lo exige la Ley- en las discusiones relativas a la aplicación de la Ley.

Si hubiera acatado los insistentes fallos de la Corte obligándole a distribuir de modo igualitario los dineros públicos de la publicidad oficial, en lugar de reírse de ellos.

Si hubiera dado muestras de su disposición a organizar la comunicación pública como si fuera de todos, en lugar de dilapidar recursos públicos en tonterías y propaganda destinada a ensalzar a su líder.

Si no estuviera haciendo negocios prohibidos con una empresa Telefónica, desautorizada para controlar los medios que controla.

Si no le hubiera dado el visto bueno a las ilegales compras de medios realizadas en los últimos meses, por empresas inhabilitadas para hacerlo, pero dispuestas a desinformar a la ciudadanía cada vez que fuera necesario.

Si no se hubiera hecho el distraído, frente a la participación en el área de comunicaciones de empresas extranjeras o de energía incapacitadas para  intervenir del modo en que lo hacen.

Si no hubiera dado luz verde a desmembramientos ridículos, inverosímiles (“la empresa ya no es mía, sino de mi hija”), ofrecidos por algunas de las empresas amigas que alegaban así su adecuación y alineamiento con la Ley de Medios.

Si no nos hubiera tomado el pelo de esta forma, pensando que semejantes burlas –semejantes agravios a todos- iban a ser consentidxs por una ciudadanía indiferente.

Si no hubiera regado sus traspiés con declaraciones anti-democráticas, hostiles a la división de poderes y despreciativas frente a quienes no se arrodillaban ante sus órdenes, frente a los que se animaban a dudar apenas, de lo que el gobierno exigía.

Si hubiera dicho una sola palabra verdadera o sincera durante todo este proceso.

Si no hubiera actuado del modo vergonzoso y vil en que lo ha hecho, la Ley estaría siendo aplicada, y estaríamos algunos pasos más cerca de la ansiada democratización de la palabra. No se trata de que uno se queje porque sólo encuentra aceptable la Ley ideal; porque no está dispuesto a tolerar comprensibles desprolijidades; porque se asusta frente a inevitables imperfecciones; o porque es incapaz de tolerar necesarios desacuerdos. Se trata de que el gobierno viene acumulando, desde el primer minuto en que comenzó a trabajar en torno a la Ley de Medios, acciones ilegales e inconstitucionales, palabras y prácticas anti-democráticas, negocios sucios, aprietes dignos de un gobierno militar. Y en lugar de calmarse y reconsiderar lo que hace,  frente a las protestas y críticas de todo tipo que recibe, actúa lo contrario, y como suele hacerlo, desespera y acelera desentendiéndose de las consecuencias de sus actos. Porque de los grandes grupos privados (finalmente, del capitalismo rapaz que nuestra clase dirigente nos lega) uno no tiene razones para esperar nada, pero del gobierno sí, porque nos pertenece, porque vivimos en democracia, poque es la soberanía popular la que debe prevalecer. Pero no. Resulta que estamos en guerra, con la palabra cada vez más concentrada, con cada día más voces excluidas, con un sistema económico cada día más brutal y desigual, con una democracia cada día más degradada. Y este gobierno es protagonista clave de este miserable retroceso.

Texto originalmente publicado en el blog de Gargarella.

1/12/12

Néstor y Mauri, héroes argentinos contemporáneos

Si Néstor es el "héroe colectivo",
¿por qué Mauri no podría ser el "Che Guevara" del PRO?


Odiosa y a la vez esclarecedora comparación, la del EterNéstor con Mauricio "Che Guevara" Macri.
Porque, tal vez sin quererlo, la humorada (?) del PRO demuestra que, en la era de la política "relatada" que potenció el kirchnerismo desde que llegó al poder, la "Verdad" es -o pretende ser, mejor dicho-, simplemente, aquello que se enuncia.
Esta hiperpolítica y odiosa comparación (para el kirchnerismo, por cierto; y también para los que respetan -quizá aunque no compartan los ideales- la figura del Che) desnuda la falsedad de esa perversa pretensión que gobierna la Argentina, y que sigue sosteniendo, aún por ejemplo después de las 51 muertes que provocó la masacre de Once, que el Estado volvió y que está "presente" en la sociedad.
En efecto, es tan ridículo sostener que "Macri es revolución" como que Néstor (y Cristina, hoy) es la resistencia (¡colectiva!) que lucha por la libertad y la igualdad social frente al establishment corporativo, escamoteando que, después del natural rebote post crisis 2001 de mediados de la década pasada, los números de la pobreza y la indigencia (*) volvieron a crecer y están a la par de la tan execrable década menemista.
Ambos movimientos políticos son, antes bien, las dos caras de la misma moneda de la derecha argentina contemporánea: el macrismo encarna hoy la clásica derecha, agiornada a los tiempos democráticos, y el kirchnerismo es la actual versión peronista (siempre reinventándose) del populismo local.
Esa clase de "héroes" son Néstor (y Cristina) Kirchner y Mauricio Macri.
Un experto en marketing político escribió hace unos años un libro titulado Lo que no se dice no es. La Argentina actual altera sutilmente esa fórmula por otra propia de la ética de la trampa: lo que se dice no es.
Hasta el neoliberalismo siempre.
La Revolución es un relato eterno.

(*) Para ver la evolución de estos índices en los últimos años véase aquí; y para los datos estadísticos más recientes, aquí.